domingo, 4 de noviembre de 2012

En el exilio interior


Hemos seguido un sendero que se bifurca en dos caminos. En lo económico el exilio exterior. Se marchan sobre todo los más activos, con más iniciativa. Alejándose de especulaciones y maltratos laborales. En lo político, el exilio interior. Menos se habla, por mucho que se habla, del exilio interior en el que se refugian políticamente los ciudadanos más progresistas. Un exilio político interior que, como es habitual, perjudica a la democracia en España. Y hablo de España para hablar como ellos.
Llevan muchos años en el exilio. No participan políticamente, entienden que sus protestas no sirven para nada. Votaban, pero su voto no tenía eco en las políticas de los gobiernos. En absoluto es lo mismo dictadura que democracia. Pero en ocasiones las formas de los gobiernos en democracia recuerdan a las dictaduras. “un político tiene que acostumbrarse a las protestas”. Dice Wert. Y oírlas como quien oye llover.  Él lo dice, pero todos los demás lo callan. Hace mucho tiempo que no gobiernan para todos. No en lo económico. No en lo político. Y todos gobiernan para el mismo lado. Sea con matices desde la izquierda, sea a cañonazos legislativos desde la derecha.
El drama tremendo es el colapso ideológico del PSOE. Una estratagema básica en política consiste en generar el problema (o definirlo, que es lo mismo) de forma que “quién sea” sea quien es la solución. Por eso, todos piensan que la solución debe pasar por ellos. Hay un cansancio tremendo de un partido desvertebrado en liderazgo (la hidra de Lerna es una broma comparada), ideología (sigue la broma con el candidato socialista en Galicia) o territorialmente (socialistas nacional-cantonalistas. Todos sabemos lo que opinaba Lenin de ellos). La actuación de muchos líderes del PSOE lo logró. Ha devuelto al exilio interior democrático a millones de españoles progresistas. ¿Zapatero? Tan olvidado en tres días como Aznar. ¿Bono? Ya queremos olvidarlo, aunque recuerde el “Dama, Dama” de Cecilia. Se colgó la medalla por cumplir una promesa electoral. Ya entonces apuntaba maneras. José Bono es y era un síntoma de la enfermedad que corroe los huesos organizacionales e ideológicos del socialismo español. ¿Cómo regresar a los votantes exiliados socialistas? La mayoría lo saben. Pero callan dado que la respuesta no pasa por ellos. Más bien, pasa de ellos.
Los convergentes catalanes apostaron por una campaña electoral basada en la divergencia. Y nos metieron en el “cul de sac” independentista. Que todo es campaña lo demuestran las tonterías y extravagancias de las declaraciones de los políticos del PP y compañía. En su dinámica estúpida ya han perdido el norte. También están desnortados los políticos del PSC pidiendo amparo en Europa, los de ERC exigiendo que prometan que no intervendrá el ejército, los del PP hablando de que será de España sin Cataluña. La duda es si están todos en una campaña tonta o están todos los tontos en campaña. Contra la estupidez… Habrá que decirlo claro. De ese modo, a la fuerza, no hay ni habrá independencia de Cataluña. La unidad de España es un juramento para algunos. Y defender la constitución también. El federalismo es posible desde la legalidad. Pero un paso fuera y de nada habrá servido que se abandonara el Sahara a Marruecos. Y a buen entendedor… 

viernes, 2 de noviembre de 2012

El gato que tiene Asunción


Como ya saben, no es blanco ni es tinto ni tiene color.  En eso terminó lo del gato blanco y el gato negro. En filosofía china mal entendida. Mientras el gato caza ratones, los tigres se llevan el bocado del león. A alguien le dieron gato por liebre. La consecuencia del cambiazo es que ideológicamente, el socialismo español está tan desteñido como teñido está Rajoy. La derecha lo tiene más claro: siempre supo que el color del dinero era su color. Y aquí sí que hay competencia oriental.
El Tao Te Ching lo afirma: en la materia está la propiedad y en el vacío la utilidad. Así en el vaso y en la rueda. La derecha y el capitalismo financiero lo aplican a rajatabla: el dinero lo tienen en propiedad material. Pero en no tenerlo los demás está su tremenda utilidad. Es el no tener lo que está cambiando el mundo a gran velocidad. Han encontrado la utilidad de las arcas públicas vacías. Y ese vacío lleno de utilidades está permitiendo un uso intensivo del vacío ideológico de los demócratas y los partidos de izquierda. Lo interesante es que "nothing for nothing gives nothing", pero en este momento de cambio profundo, nada por nada resulta en un nuevo, y radicalmente peor, mundo. Y tanto dolor por una nadería...