viernes, 15 de abril de 2016

La Ppsoriasis

Tras días de callar y harto de ver, toca escribir la furia que arde o me va a salir un Soria. Ya los problemas le brotan por la misma piel al gobierno en disfunciones. Si lo de Cañete (Medioambiente) son las gasolineras flotantes en Gibraltar, Soria (Industria) tira al off-shore. Cosas de la deslocalización. No sorprende que la política del PP haga aguas por todas partes. Estos bolsillos mojados lo único que producen de secano es la vergüenza. “Ni yo ni mi familia tienen nada que ver”, decía ayer. Hoy se va a la fuerza por no saber terminar de explicar lo que empezó al revés. Que mal le ha venido la prorroga a este fue ministro. Ya podría estar en otra, en la que abanicarse pudiese con los periódicos, sea en versión papel o Tablet. También hubiese podido hacer otras cosas con los periódicos y sus noticias, pero no con la Tablet, por favor. Lo más preocupante es que realmente a todos estos se las trae al pairo. Un PP políticamente disléxico y electoralmente fluido es lo peor que pasarnos pudiera. Tan mojados están de la tormenta escatológica que les llueve de atrás, que un mucho más ya no cala ni huele.
Y así estamos. Nada les sorprende, nada les preocupa. La razón de cajón: hemos vuelto a la misma de antes. A nada que sepas sumar dos razones, no hay a quién votar. Podemos anda en busca de viagra (marca registrada para marcar) en medio de la impotencia. Pegó el gatillazo el 20 de diciembre y ya no volvió a levantar ánimos. Ahora tiene un esplendido cuadro flamenco, con sus jóvenes palmeros mitineros (lo que diga Pablo), sus guitarristas (de cargo y escaño), sus bailaoras llenas de sensibilidades territoriales (Teresa, Ada, Mónica y más) y como no, su trio rociero. Que no digo yo que no, mucha erótica y roce parlamentario, pero los españoles cabreados y las españolas cabreadas andan cabizbajos y cabizbajas. Por cierto, ¿Dónde estará asesorando la “mama ya soy Ministra”? Que tiempos aquellos de la foto en couché de las féminas del PSOE. Para que digan que el glamour es de derechas y que ellas no hacían nada a derechas. Cuanta tontería sin distinción de género ni número. Por ejemplo, ahí sí que daba la talla Zapatero el solito. Cuando llegó la crisis, ni se levantaron a saludar. Por si no les veía y pasaba de largo pero se quedaron cortos de intención.
Y ahora otra vez. La abstención por la izquierda, huérfana de representación política, es la expectativa. El problema en el PSOE es que es difícil vender el frasco, cuando ya se conoce la composición del jarabe. Le das a Sánchez la mano y los Bonos de familia te cogen el brazo. Bono y otros excajeros desencajados que por ahí andan sin desamparo, esperando bajo el peral a que caiga la breva. Aunque la breva sea una subsecretaria adjunta. El electorado escaldado del voto frío huye. Y el PSOE ya quemó de tercer grado.
El voto a lo Garzón se lleva algo más, pero la cosa está en duda por si hay tomadura de pelo y esto trae cola. De Ciudadanos poco hay que hablar. Es el excipiente del PP en espera de administración. Como la dosis llegue, a joderse que son otros cuatro años de lo mismo o peor. Nunca fue más cierto aquello de que tenemos los gobiernos que nos merecemos. Al menos en democracia.
Hay quien dice que en este blog hay para todos. Y cierto es, que aquí solo tendremos alegría el día que nos gusten las ancas de rana. Gracias a una señora noble a la fuga, profesional en la cría de ranas madrileñas, abundan más que las amapolas en primavera aunque menos que los refugiados que pasan hambre y frío en esta cada vez más Una, Grande y Libre Unión Europea. Que entre el Himno de la Alegría, por favor, haber si desalojamos en orden el Este del Edén.

lunes, 4 de abril de 2016

El ahora eterno


Comparto y reparto un texto ajeno pero muy próximo. Por ir ampliando miras y lo que miras.


"Sólo dispongo de espacio suficiente para referirme a su observación (de McLuhan) respecto a la preocupación de los medios por lo que nuestros críticos más eminentes siguen deplorando como «malas noticias».
En ningún otro lugar he encontrado más sucinta respuesta a los continuos lamentos acerca de la perversidad de la prensa amarilla. En efecto, McLuhan observa, acertadamente, que son las malas noticias ----escándalos sexuales, catástrofes naturales y muertes violentas- las que venden las buenas, es decir, la publicidad. Las malas noticias son el reclamo con que se atrae a los bobos. Como ilustraciones en un manual de quinto curso de básica, las secuencias emitidas por la CBS o la CNN nos enseñan el catecismo del siglo XX: en primer lugar, arriba de todo, el admonitorio desfile de cadáveres en bolsas de plástico que se cargan en ambulancias de Brooklyn o del sur de Miami; en segundo lugar, el infierno del incendio de un bloque de pisos o de unos almacenes en llamas; en tercer lugar, una siniestra procesión de criminales detenidos por atraco o asesinato, a los que llevan encadenados. Después de dejar bien clara la lección del día, la cámara vuelve con alegría a la sonriente locutora y luego, con su amable permiso, a los anticipos del paraíso patrocinados por Delta Airlines, Calvin Klein o la aseguradora State Farm Insurance. La homilía resulta tan evidente como una obra de teatro moralizante de la Edad Media o las manchas de sangre en el traje Armani de Don Johnson: «Respeta la ley, paga tus impuestos y sé educado con los agentes de policía e irás a las Islas Virgen pagando con tarjeta American Express. Viola la ley, olvídate de pagar tu cuota de la seguridad social, sé grosero con los agentes de policía y acabarás en una bolsa para cadáveres en el hospital del condado».
El negocio de los medios de comunicación de masas consiste en vender productos, tanto propios como de sus clientes, y los críticos que se quejan de la constante exhibición de violencia no han reparado en la similitud con el negocio de la cocaína. Las malas noticias implican la participación del espectador en lo que McLuhan identificó como una emergencia colectiva de intensa conciencia (en un proceso que hace que los contenidos del articulo parezcan más bien secundarios»), y lo preparan para las «buenas noticias», producidas con muchísimo más dinero".

Lapham, L. (1994) El ahora eterno en McLuhan M. Comprender los medios de comunicación. La extensiones del ser humano. Barcelona: Paidós. Páginas 15-16