viernes, 13 de octubre de 2017

Cleavages reforzadas



Conan Doyle, por labios de su detective Holmes, afirmaba que una vez has descartado todas las respuestas posibles, en lo inverosímil está la solución. El caso Catalán es una trama muy interesante. Son intereses y objetivos anidados, en múltiples terrenos de juego, dónde “el primo” de la partida estaba por localizar.
Pues en mi modesta opinión ya está localizado, y no era por faltas de pistas y señales. El “primo” de esta ocasión se personaliza en Puigdemont. Pero solo por personalizar. El gran primo es la burguesía catalana de derecha conservadora. Verán. Tras el ejercicio culinario de reducir los representantes legítimos de Cataluña a los firmantes de la declaración de independencia, han dejado fuera en el imaginario no solo a los partidos de ámbito estatal. Han dejado fuera de la “legitimidad nacionalista” sobre todo a la derecha y la izquierda moderada (PSC). Los firmantes son los hermanos de izquierda más los primos de PdeCat. Lo interesante es que las respuestas del gobierno van a quemar, sobre todo, a los herederos del Palau.
Las CUP lo están haciendo de lujo. Primero, fuera Mas. Después, todos los demás al cesto de los héroes. Ya se puede ver en el futuro a los jóvenes revolucionarios y nacionalistas clamando en las calles “amnistía y libertad”. En especial, amnistía para los mártires de derechas que representan a la burguesía conservadora. En términos marxistas, el resumen futuro será: la burguesía catalana sirvió de tonto útil para los movimientos revolucionarios anticapitalistas, marchando al martirio y el sacrifico político con los ojos humedecidos de emoción por su servicio a la matria catalana. Mientras tanto, los partidos de izquierdas, promocionando contenidos de ideología anticapitalista envueltos con los de matria catalana, ganaban espacios de discurso público.
El nacionalismo es una coartada. En otras palabras, el mira al pajarito, la capa de invisibilidad, el humo en los ojos. En el fondo, hay un movimiento revolucionario de izquierdas, que con el agua sucia del centralismo tirará también el niño capitalista. Es lo interesante de todo esto. Los desplazamientos estratégicos hacia el reforzamiento de cleavages. El concepto es simple. Los conflictos se intensifican y radicalizan cuando las divisiones sociales se superponen. Ejemplo. Conflicto racial. Si se superpone sobre él un conflicto de clases (ricos-pobres), el primero se intensifica de forma no lineal.
Los bancos y las empresas no huyen solamente, que por sí que sí, ante la incertidumbre que daña balances. Huyen al ver los movimientos de fondo. No es coyuntura. Es una dinámica en movimiento. Y esa dinámica, rebozada en nacionalismo, es realmente revolución. Las pistas son más que abundantes. Entrevistan a una señora por la calle. ¿Ventajas de la independencia? No me podrán echar de casa si no pago, dejaran de explotarnos con el precio de la electricidad, etc. Es genial. Cuando se afirma que en Cataluña el estado vulnera los derechos humanos, no piensan que se torture. Piensan que el capitalismo es inhumano y que la nueva matria será más igualitaria. Sin ser explotada por los españoles y protegida de los abusos del poder financiero.
Lo interesante en la Unión Europea es que no perciben el movimiento de fondo. En ese coctel entre nacionalismo rancio y revolución popular, solamente observan la forma, pero no el fondo. La reacción en Europa sería muy diferente si sobre la mesa estuviese el programa político de las CUP sobre qué hacer con la economía, en lugar de reflexionar sobre los emocionantes anhelos de libertad de un pueblo y su derecho a no respetar el derecho. Urkullu, que es de derechas, sabe que el PNV evitó esa trampa hace tiempo. Pero como a río revuelto ganancias de pescadores, ¿Qué les importa que la burguesía catalana se haga el Harakiri? Vareemos un poco la solidaridad que algo caerá. Y es lo interesante. La dinámica que han creado no solamente refuerza la identidad nacionalista. Refuerza, ole tus huesos, la identidad de clase sobre el argumento de los derechos humanos. Por eso, una espiral de miseria y represión es el escenario ideal que lleva por la vía del nacionalismo a la revolución popular. Cuanto peor mejor. Y ahí se han encontrado con Pablo Iglesias, ya definitivamente más en la revolución que en higienizar y desratizar la política.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Va de retro

Me permito republicar un texto de enero del año pasado (2016). Si es que da rabia, tan evidente todo, tan meridiano, que no meridional. Y llegó la segunda jugada.

Jaque mate en tres jugadas

“Joder, joder, joder, joder…”. Permítanme citar a Hugh Grant en “Cuatro bodas y un funeral”. Cataluña mediante, tendremos gobierno del PP con Rajoy a la cabeza. Quizás no para siempre, pero un día más ya es demasiado Rato. El asalto del independentismo catalán, de seguir así como va, achica casi todo el espacio de movimiento a la izquierda, incluyendo Podemos, el PSOE o el recuerdo de IU.
Es así, y poco más queda. Hay temas que acallan todos los demás. Temas con los que el debate, las sutilezas, los razonamientos o los matices desaparecen. Sea la violencia terrorista de ETA, o el asalto a la legalidad de varios actores políticos catalanes.
Parece que aún no lo han visto o no lo quieren ver en Podemos y sus variantes plurinacionales. Pero da igual. El principio de esperanza siempre cede ante el empuje del principio de realidad, cuando del Estado se trata. En otros temas, como el medioambiente, el principio de realidad terminará promocionando al principio esperanza. Pero aquí y ahora no es el caso.
Dependiendo del ritmo catalán, ya no entran elecciones y sí reacciones. Ya lo decíamos hace años, que a Rajoy se le podía aparecer la Moreneta y hacerle de Pilar para este “revival” de Santiago. ¿Serían tan insensatos en el PSOE como para no respaldar las actuaciones del gobierno destinadas a restablecer la legalidad constitucional? Ya le digo yo que, aunque la estupidez no tiene limite, también para algunos barones del PSOE existe un “non plus ultra”.
Escenario más probable al 95%. A la primera que silben en Cataluña, el gobierno Rajoy saltará al ruedo con España y la Constitución por montera. Investidura de Rajoy con la abstención del PSOE y el apoyo inquebrantable de Ciudadanos. Frente constitucional. Crisis de “postureo” y sutilezas en Podemos, con reventón plurinacional. Y así, el PP gobernará mientras quede cuerda. Esa misma cuerda que a unos les vale para colgarse, y a otros para hacer de Tarzán.
Y aquí estamos, subidos en el techo de un coche hundido en mitad del canal (“The Full Monty”). ¿Qué quedó de la ocupación de la Plaza del Sol?¿Qué de sus obvias reivindicaciones?¿Qué de la lucha contra la corrupción rampante, presente en el blasón de tanto partido e institución?¿Qué de la transparencia, las puertas giratorias, la regeneración?¿Son imaginaciones mías o alguna vez en España existieron los derechos sociales y laborales?¿A dónde fueron todos los dolores de la democracia española? Todo apunta a que las esperanzas de remedios y curas democráticas el placebo catalán se las llevó.

Una DUI con DIU


Es el momento de comprobar si la estrategia de Rajoy-Kutuzov es eficaz. El general ruso Kutuzov no se enfrentó a Napoleón y su ejército de las “veinte naciones” en las fronteras de Rusia. Puso en práctica una táctica de “tierras quemadas”, ahora en la versión de “derechos y leyes quemadas”. Dejar avanzar al enemigo, de forma que queme todos sus aprovisionamientos jurídicos. Rajoy-Kutuzov evitan entablar batallas decisivas. Hay quien puede pensar que cometió el desliz del 1 de octubre, pero es dudoso, a pesar del discurso nacionalista, que aquello no fuese más que una simple escaramuza para calibrar las fuerzas policiales de Napoleón.

Cuando Napoleón llegó a Moscú encontró una ciudad en llamas. KRLS-Napoleón llegó a la independencia coincidiendo con la caída de las primeras nevadas empresariales y el frío de la realidad comenzaba a congelar muchos ánimos. Ahora comienzan las auténticas penalidades del ejercito napoleónico, desabastecido de legalidad. El rigor del invierno judicial va a producir muchas y severas bajas en los despachos. Pueden apelar a los derechos humanos y toda la pesca. Pero en la Unión Europea impera el derecho y la ley. Y es justo lo que quemaron a su paso, y con muy malas formas formales, todo sea dicho de repaso. Ya saben: dura lex, sed lex.

Toda la cuestión es un oxímoron que da dolor de cabeza. Desde la CUP dicen que son “independistas internacionalistas”. Es decir, no nacionalistas. Aún no lo entiendo. Pero denme tiempo, que la teoría de la relatividad no la llevo de serie. También dicen que igual toca cambiar el paso. Eso sí que lo entiendo.

La última encuesta que publica el diario Información (creo que el 9 de octubre) confirma lo previsto. Por detrás de los malabares del reparto de escaños (frágil, frágil) las tendencias se marcan cada vez más acentuadas por el postureo con Cataluña. Compromís y Podemos caen.  Eso era de cajón. Subieron de un salto en el calentón de regenerar la política (sin que nadie atendiera a programas o ideologías). Ahora ya, cada vez que abren la boca pierden mil votos. Y claro, la caída de voto a Podemos y Compromís permite a Esquerra Unida pasar barrera y entrar a reparto. En ese panorama de caída de participación, el declive del voto a PSPV y el voto de Ciudadanos queda estable o sube. La duda es el PSPV, que como se le corra el rímel de ojos hacia el nacionalismo, puede hacerle sorpasso un Compromís en caída.     

Para el PP es pronto hacer cuentas. La cuestión catalana borró la corrupción del mapa. Ha sido un reseteo importante del clima político en España. Si Compromís y Podemos insisten en hacerles campaña, el PP regionalista hispánico volverá a ser el partido sencillo, que tomó el tren de la vida. Vamos que “Volverás”.

domingo, 8 de octubre de 2017

Patria jurásica



Por fin lo han logrado. El siglo XXI cambia de palo y se vuelve capicúa. Vamos al XIX de cabeza, no se sabe si por pan o a por tortas. Por toda Europa, en una confusión populista-nacionalista, las tribus claman por el arca perdida. Más que nada para recuperar el contrato que tienen en exclusividad con el más allá. En algunos casos, con mimo y técnicas avanzadas, han insertado los códigos de la modernidad en los ADN recuperados de varios museos etnográficos.  El resultado se encuentra ya a la vista en Alemania, Italia, Austria, Francia o España. Todo lo rancio de lo irracional trasnochado, todos los tóxicos de la razón (patria y religión y futbol y viva la madre que nos pario, sea aquí o en Polonia) juntos y emplatados a la mode, que ya fue demodé tantas veces como memoria tiene la humanidad.
Homo sum, humani nihil a me alienum puto escribió Terencio en el Heautontimorumenos. No está mal escribir que nada humano te es ajeno, en una obra titulada el enemigo de sí mismo. Ya escarbaba en el mismo berenjenal Unamuno, empezando con idéntica citael primer ensayo en “Del sentimiento trágico de la vida”. Allí escribía “El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado”. Woody Allen no lo diría mejor.
Puede que un portaestandarte iracundo y tembloroso de emoción resuelva ecuaciones de segundo grado por dentro y sin lápiz. Y en esa contradicción estamos empanados. La rapidez con que se pasa de bípedo racional a cuadrúpedo irracional, empleando las manos para patear la razón. O una moto.
En fin, vuelven las banderas en su primera versión, que es abanicarse con ellas mientras ondean. El segundo paso es emplearlas de estaca, el tercero como leña para quemar libros y opiniones. El último (como en las sevillanas) para empalar al otro y que entre en razón.
Mientras tanto, estamos en la fase de abanico y fiesta. Ojalá nos quedemos como estamos. ¿Y por aquí que pensamos? Pues en un no sé qué, un qué se yo.  Nos gusta Paco Ibáñez y Georges Brassens. Aunque por paridad de género...


jueves, 5 de octubre de 2017

Piratas del arribe


Todos sabemos cómo terminará esto de Cataluña. Y se sabe desde el principio. Solamente los desconectados de la realidad o los que hablan con tanta fluidez el doble lenguaje que se quedan obnubilados en sus pliegues no lo ven. Ese doble lenguaje que el Gobierno de la Verdad está utilizando profusamente en Cataluña, desde que un golpe de mar electoral les arrojó a las playas de los lotófagos. En el doble lenguaje, imponer minorías se llama democracia, odiar y abrumar a los demás se llama libertad, y así dale que dale Miguel diciendo una cosa con los labios y haciendo otra con la lengua.

No hay nada aberrante. Nada social es espontaneo. El clima de odio es resultado de practicar la socialización por el extremo del adoctrinamiento. La diferencia es simple. Los individuos se socializan en la diversidad de las familias, los grupos de amigos, las escuelas, las asociaciones deportivas o culturales, etc. El adoctrinamiento lo es en una fe. Sea esta religión, política o deportiva. El adoctrinamiento en un paraíso perdido y recobrado (nosotros desde el neolítico neohistorico, nosotros en un futuro universal) y un infierno (los otros, a lo Sartre). No hay diferencia entre un niño con una bandera de España con el aguilucho, la gamada, la estelada, la confederada en EE. UU., y todas las banderas de patriotas. La única bandera decente (por decir algo) es de estados y ciudadanos. Todas las demás son poner una cruz en los hombros de los niños. Los encaminan a la crucifixión de su libertad personal, del espíritu crítico.

Y ahora el ahora. Felipe VI no dio el discurso para Rajoy o por Rajoy. No nos hablaba a civiles o políticos. Es difícil dudar cuantas llamadas ha recibido de compañeros de armas preocupados. Los policías clamaban “dejadnos actuar”. Ellos lo decían. Otros lo piensan. El mensaje tenía una única palabra tabú y es la que critican que no dijera: dialogo. Felipe VI lo dijo meridiano: quede claro que mi corona está atada al mástil de la unidad de España. Y de ahí sacad las consecuencias. España ya no tiene complejos. No es la situación que nos hizo abandonar el Sáhara. Esto es una democracia, la constitución es la ley y la ley tiene como garantes últimos aquellos con el monopolio de usar la violencia. Cuando los políticos se cansen de hacer el indio, mandare la caballería. Y Chinpun. No digo que guste o no. Solamente describo la situación y dónde termina el chicle si lo mastican demasiado.

Por cierto. Ya lo afirmo con años de anticipación. En clave local, el Ayuntamiento de Alicante y el Gobierno de la Generalitat Valenciana tendrán gobierno del PP en las próximas. Muy posiblemente con mayoría absoluta. En otra lo explico, pero solamente para los que no viven por aquí. Y no hace falta usar las luces largas o las antiniebla. Con las de cruce ya se ve. Incluso con los intermitentes.
Nota del día: Arribe, en náutica significa navegar dejándose llevar por el viento