Contra las marejadas
de corrupción, Rajoy ha puesto el partido al
pairo. Basta escuchar sus respuestas en la entrevista con Gloria Lomana.
Especialmente a los 18 años de vino y rosas que vivieron sus tesoreros en Genova.
Era la época en que los empresarios sabían cómo llevar a buen puerto sus
negocios. Rajoy murmura… Pues eso, pues claro, pues ahí esta… O algo parecido
que da igual. Afloja velas discursivas y reduce resistencias. Aguanta. Ahora
que Rajoy es un libro abierto de lenguaje no verbal (guiños cuando miente,
patadas cuando le incomoda la pregunta…) permítanme que le lea la mente. Está
canturreando algo. Es una canción de su juventud. ¿Los 70 tempranos? Vaya… Y
tiene algo que ver con los tribunales… No, no… Lo tengo… ¿No suena a Rocío Jurado?
Eso es. Es un clavel. No. Él no. La canción. Lo que tiene en mente es “Nadie sabe... nadie sabe, aunque todos lo
quieren saber... ni la clave, ni la llave, de mi cuándo, mi cómo y porqué…”.
Y vuelve a empezar.
Parece que es un Earworm o gusano de oreja. Una canción
que se repite y se repite mentalmente sin poder parar. Se siente feliz con el
gusano tequilero. Y yo que pensaba que era una mosca lo que tenia detrás de la
oreja. Así que el gusano musical es por si las moscas… Ahora piensa en Ignacio
González, de aquí, de Madrid. Está disgustado. No le gustan las salidas por
peteneras. Todos saben que trae mala suerte para el interprete. Y aún más si es
entrada en antena por peteneras. “¿Cómo se le ocurre tener a Pedro J de enemigo
en mitad de la guerra con él? Aunque claro, este se tiene solo sin necesidad
que le ayuden. Menuda mosca cojone... Al delfín que se convirtió en bacalao le
van a enterrar con tantas noticias, que su futuro político va a parecer un
descampado. Y encima no creo que pueda recalificarlo como urbano. Je, je, je”.
Vaya. Rajoy se hace los chistes él solo. Como mentalista intuitivo es agotador seguir
la mente de Rajoy en su tortuoso concierto. Pero alguna conclusión provisional
tenemos de su cuadro psicológico: está claro que le gusta la copla, no le
gustan las peteneras, se hace los chistes para sus adentros y padece de un
gusano musical en la oreja. Ya se lo que está pensando usted, pero con menos da
para una serie de TV con siete temporadas.
Rajoy plantea que el
rey es humano y le preocupan sus hijos. Ipse dixit. Famosa falacia dónde planteando
que los hechos son como son se rebaten los argumentos del contrario. En
definitiva, que no haría un padre por sus hijos. Y es el padre humano y
responsable, que no el rey divino irresponsable, quien se preocupa y ocupa.
Algo así como, lo que hace el rey no es profesional, es personal. No se a
ustedes pero a mi me tranquilizó. Al fin y al cabo la monarquía se transmite
por la sangre. El titulo acompaña pero no empaña el cariño verdadero. “Que no se compra ni se vende. No hay en el
mundo dinero para comprar los quereres…”. Manolo, por fin los borbones se
hispanizan de verdad.
En la sección de
tribunales es evidente que esto va como va. Los que disfrutan de la
desigualdad (fama, dinero, prestigio y todo lo demás) están con el “Mecano” en
todo. Entre el “no me mires, no me mires” y el “mira ahora, mira ahora” ya no
sabemos a qué atenernos. Por eso el fiscal dice que “él no lo ve”. Le ha cogido
una discontinuidad cuántica, y mirando por un agujero de gusano sónico ve un
hecho irrefutable: “¡Ella no quería oiga!
¡Ella no quería!”. Y poniendo vocecitas de Martes y Trece lo repite y
repite con paso de Chiquito de la Calzada, hasta hacerse de un pesado… (Que
diría Gila).
Como la
chica parece competente y eficaz (lo demuestra su currículo académico y laboral)
ya van varios “cómo me la maravillaría yo”. Primero fue entrar a saco con los
mariachis para marcar terreno e invocar todo el encanto popular. “Qué no somos iguales dice la gente (…/…) que
tu eres un canalla y que yo soy decente… ”. Con ello le sacaron por pies en
el Museo de Cera. Pero solamente le cambiaron de sala, no fue más allá la cosa.
Descartando
la incompetencia y ser engañada, quedaba
la locura transitoria. Una locura a lo Juana la, pero moderna y con un enfoque
laboralista. Allí llegó la famosa línea de defensa, que el prestigioso bufete
de Roca evaluó poner en marcha. La defensa conocida como Woman in Love:
“I am a woman in love and I'd do anything
to get you into my world. And hold you within. Its a right I defend. Over and
over again. What do I do”. Pero un algo de última hora les ha retraído. Creo que
Barbra Streisand y la prensa del corazón no es jurisprudencia consolidada. Además,
no está determinado el nivel de inglés del juez. Y Castro está caliente para que
le vengan con “la gata bajo la lluvia”.
¿Y ahora
qué? Pues lo último es la estrategia de defensa denominada “el titi”. Aquel que iba montado en el
autobús, de pie y sin cogerse. Le aconsejan que se siente, pero siempre
responde: el titi no se cae. Otro
giro, y la misma respuesta. El titi no se
cae. Finalmente, en un frenazo, se va de bruces contra el suelo. Se levanta
sangrando y sonriendo mientras dice: el
titi no se cae, se tira… Al parecer va voluntaria y contenta.
Mala pinta
tiene el nudo, (aunque Rajoy ya dice que en el desenlace terminara todo bien),
si las estrategias empiezan en el “Que no
somos iguales”, continua por el “Woman
in Love” y terminan parodiando al Titi. Continuaremos informando.
En el centro
derecha y la derecha surgen varios partidos: Vox, Ciudadanos, Upyd y vendrán más. Ya saben, lo del
panal de rica miel… pero con final feliz, en plan peluquería china. Ventajas y
desventajas. Al PP, con el electorado de amplio espectro de sus horas altas, le
perjudicaría este proliferar de partidos en su campo. Pero no tanto al PP, en
horas muy bajas (corrupción y demás); que surjan partidos de derechas que
capitalicen un voto que estaba en la abstención y el desanimo, permite que la
derecha enceste por “rebote”. Al fin y al cabo, una derecha fragmentada (y por
ello movilizada) es una estrategia de salida del pozo razonable en esta
situación límite: futuras alianzas de gobierno y cuando pase el temporal,
posibilidad de coalición o refundación, y todo vuelve a empezar. Es decir, los
mismos perros con distintos collares pueden formar una jauría de derechas que
continuaran cazando votos ahora desperdigados.
Y ya en la caza,
Iván Espinosa de los Monteros irá por Vox (no populi, desde luego). Es un galgo de raza en eso de España y Ole.
No como tantos jóvenes que están en lo de España y volé. Otro que está
preocupado por dónde aparcar la moto acuática en el Parlamento Europeo es el
tercer hijo del octavo conde de Ripalda, Álvaro de Marichalar. La derecha, en
su propia revolución de los “clavelitos”, se propone llevar el próximo Mayo un
ramillete de capullos floridos al Parlamento Europeo. Otro milagro de la
primavera de Prada (marca registrada), que diría Machado. Eso sí. Bien
borracho.