miércoles, 9 de marzo de 2011

Las naranjas y el trigal





Como siempre, el PSPV vuelve a meterse en un sembrado. Algún creativo (¿de Madrid?¿de Barcelona?, difícilmente de la huerta. Quizás árabe) por fin logró erigir un gran monumento al talento desconocido. Nada mejor para sonrojar al PP que sacarle las naranjas. Ya los anuncios en los cines nos avanzaba la clase de campaña que nos esperaba. Como en el tango, "y todo a media luz".
El planteamiento consiste en desafiar el sentido común. Avanzar desde una naranja podrida hacia una naranja sana. Eddington en 1928 (ya han tenido tiempo para leerlo) publicó "The Nature of the Physical World". Allí presentaba el concepto "flecha del tiempo". Es la propiedad unidireccional del tiempo que no tiene su par en el espacio. El tiempo transcurre en una sola dirección. Hacia el futuro. La flecha del tiempo implica tres consecuencias de las que nos importan dos. Primero, es vívidamente reconocida por la conciencia del individuo. Nuestra visión del mundo es esclava de ella. Segundo, es exigida por la razón, dado que una flecha reversible es absurda.
Posiblemente hay sinrazones para ello. Dar que hablar. Atraer la atención. Para los publicistas esto es una buena motivación. Dar visibilidad. La cuestión es doble. En ocasiones recuerdas el anuncio y no que anunciaba. Por último, el planteamiento es que esta bien que te miren, pero no haciendo el idiota.
¿Es un buen principio de comunicación desorientar al que mira, confundir la razón del que quiere comprender algo?. ¿Es esa la cuestión? ¿No hay nada que decir? Es evidente que no. Que hay muchísimo que decir. Pero esta claro que no encuentran las ideas, ni las palabras, ni la imagen. Para qué sacar más zumo.

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