miércoles, 1 de mayo de 2013

Un 1 de mayo para un gobierno desmayado



El gobierno, en un ejercicio de nadar y guardar el bañador, ha decidido que la mejor manera de no defraudar a los españoles en el futuro es defraudarlos ya para hoy. No es, sin embargo, el defraudar que esperábamos. Este gobierno ha sido un fraude desde el principio. Cuando dijo que no subiría impuestos, no tocaba el bienestar, crearía empleo, y todo lo demás. Un fraude electoral; que lo es poner en el programa lo que tenía que poner (para ganar las elecciones) y después hacer lo que dice que tenía que hacer (para que ganen los bancos). 
En un ejercicio increíble de cinismo, vienen a decir que sin la reforma laboral, aún tendríamos más desempleo. Puestos a ello, podrían decir que sin la reforma también tendríamos más enfermedades, más accidentes de tráfico, más desengaños amorosos, más "lo que les de la gana". Total, cualquier más. Nadie puede probar lo contrario, que el futuro se convierte en cualquier pasado una vez que la hoja del calendario ya has arrancado. Lo único cierto son las consecuencias evidentes de la reforma laboral. Aún les sorprenderá que facilitando el despido libre los empresarios despidan libremente. 
Lo peor de todo es que el daño causado es irrecuperable. Los primeros en ser despedidos han sido los trabajadores con más antigüedad: los que andan por el último tercio de su vida laboral. Los deja con las pensiones comprometidas y pocas expectativas de volver a trabajar. El desastre es total: los jóvenes eligiendo entre exilio económico o destierro social; los maduros entre el desempleo o la mala pensión. En la última convocatoria de protesta detuvieron a cuatro menores de edad. Ya han adivinado el futuro que el PP les reserva.



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