Ya
está confirmado. El PSOE por fin sabe y extrae las consecuencias debidas
de todas sus “originalidades” pasadas.
Parece que reconoce el peligro cierto del abismo abierto bajo sus pies
electorales. En el partido bailan en el alambre desde la segunda legislatura de
Zapatero. Ya venían quemados de atrás, pero en esa metieron los dedos en el
enchufe y cortocircuitaron. La experiencia Rubalcaba, ya lo dijimos en directo,
sobró de largo. Era un tiempo muerto, en el que se hicieron responsables por
mor de una responsabilidad de estado mal entendida y peor digerida, de más
canalladas (incluidos torpedeos a Iniciativas Legislativas) de las
imprescindibles.
Ahora,
de vez en cuando se juntan tres toros pasados para recordar lo obvio, que ellos
y ellas no hicieron en su momento. Pero ya solamente les hacen caso los
periodistas de guardia con la guardia bajada. Que si hay que hacer gobierno,
que si hay que defender la democracia y sus instituciones, que si vaya usted a
saber qué por dios, por el IBEX y sus representantes en la tierra política.
Ahora barones y baronesas ya saben, o parece que saben, que la estupidez y el
interés no se compadece de cargos y renombres, puestos o posiciones. Quizás y
solo quizás encuentren la salida del laberinto y olé. No piensan apoyar a Rajoy.
¿Obvio, no? Diría mi amigo argentino imaginario. Pues ya verá usted, que no
siempre y no a todos les parece evidente aquello para lo que no hace falta ser
vidente.
En
esta vida es importante ser el protagonista de la nuestra, en aciertos y
errores. También lo es tener claro el papel que llevamos en las vidas de los
demás. En muchas somos figurantes, secundarios, especialistas en escenas de
riesgo, dobles o incluso decorado. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como una
esquina o una farola, allí plantado en medio de la acción sin cámara ni guión?
Pues eso. En el caso de la política española, Podemos y Ciudadanos nunca
comprendieron su papel. Tras el casting, dieron figura para dar la replica a
los actores de reparto. No para ser protagonistas, más bien a lo mucho meritorios.
Su papel era cualificar, corregir, jugar las bisagras y las minorías para
obligar a los pasados de caché a conectar con la realidad. Ciudadanos es y debe
ser la muleta del PP. Es para lo que UPyD se reencarnó en él. Para forzar al PP
a depurar la corrupción, la mala práctica política, los hábitos heredados. Dar
espacio y programa a todo lo social que allí debió de estar. No terminan de
enterarse que nobleza obliga. Son conservadores, jóvenes, centralistas y con
toque social en cuatro cosas. En otro PP con menos caspa y blindaje, hubiesen
sido diputados prosperados con sede en Génova. No son el plato principal de la
derecha. Son los entremeses variados para entretener el hambre. El centro en España
es un cazador solitario y no tiene descanso ni dirección postal. Albert no es
Adolfo y vayan a terceras, sus diputados caben bajo palio.
Podemos es una granada de fragmentación. Con un
papel en la historia semejante al de Ciudadanos, decidió ser el “prota de la
peli”. Para ello se marcó un Peter Sellers en la película “El guateque” (The
Party). Mucho ruido, invadiendo las escenas de los demás, robando papel y
guión, llenando de “morcillas” toda intervención. En la primera proyección Gunga
Din Iglesias se cargó la película. En la segunda, va camino a Soria. Aquí tiene
su público, y podrá dedicarse al cine de autor. En una tercera, puestos a escoger
entre Crocopulpo y el cine francés en blanco y negro subtitulado en coreano, el
PSOE puede hasta mejorar. Veamos a Pablo Iglesias tras las elecciones de diciembre.
Inicio de El Guateque
Ahora el caos. Si ya no podemos confiar en que el
PSOE hará todo al revés de lo que debe hacer, Ciudadanos no pasa a cobrar
pensando que llegará otro tren, Podemos
va de papel pintado, cada vez más demodé y el PP funciona en funciones
esperando a Godot, esto es un sol por Antequera. Sabemos sobrado que los líderes
que tenemos no son demasiado grandes, por lo que la conclusión es evidente: la política
de verdad es demasiado grande para ellos. El ejemplo es de títere sin cabeza. Ver
a una ex su señoría como Javier Arenas haciéndose un casta Susana en público, es
de lo más porno. Que serio se pone este Eugenio cuando hace chistes. Tendrían que sacarlo más en la tele y también de algún despacho oficial.