sábado, 2 de julio de 2016

Punto de partida

Qué cosas. Acostumbrados a que unas elecciones las ganen todos, ahora estamos en esa rara ocasión en donde si no las han perdido todos, son muchos los que están perdidos. Todo es tan evidente que ni aún los sobreanálisis (Freud) de tanto psicólogo de calderilla y parrilla logran confundirlo. Escribía Freud que “El aviso de que deberíamos dejar tranquilos a los perros que duermen, que tantas veces hemos oído en relación con nuestros esfuerzos por explorar el mundo psíquico profundo, es particularmente inadecuado sí se aplica a la vida psíquica. Porque si las Pulsiones están produciendo trastornos esta es la prueba de que los perros no duermen; y sí realmente parecen estar durmiendo, no se halla en nuestras manos el poder despertarlos”. No estaría yo, sin embargo, tan seguro como Alfred. Qué se lo pregunten a Adorno cuando, dándole explicación a lo pasado con los regímenes autoritarios propone que “el entorno social influyó en la expresión del prejuicio”. Una buena escandalera mediática despierta al perro más adormilado. Los prejuicios han ladrado en las urnas, aullando como nunca antes aullaron desde la campaña de 1993.

En un esfuerzo mental, aplicando el musculo psicoanalítico con precisión, logré aislar la melodía que zumba en cuatro mentes portentosas de la política española. Lo importante es el significante más que el significado y los campos de connotación son los que son. Cambiar dama por poder, cambiar amor por afición, cambiar todo lo que sea humano por la maña política de la torcida (también la futbolística).

En el PSOE, como mosca embotellada, suena, con melancolía de los tiempos, el “Cuesta abajo” de Gardel.


Podemos y todas las confluencias, que más parece rio que ría, está con el Yira Yira, en plena tristeza post doctoral.


En el PP lo llevan de serie, desde que midieron las hechuras de su electorado. Dale al Cambalache, que es el tuétano de sus campañas.


En Ciudadanos, fue muy difícil, dada la tendencia a dejar en blanco su mente colectiva. Sin embargo, las pulsiones que hablan de su futuro, afirman que le darán al tango más famoso “La Cumparsita”.




Ya lo cantaba Gardel, que nos tocara Volver…

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