En
pocas ocasiones los españoles votaron con tanta libertad como en esta ocasión
del 26 de junio de 2016. No se preocupen, voten lo que voten, se equivocaran de medio a medio o, no desanime, de entero. Incluso los que se abstengan acertaran tanto como los
que votan. Lo que vaya en alegrías de primer orden lo irá en lagrimas de
segundo y demás ordenes, saque lo que saque en este juego de chinos.
Rajoy
y el PP son una de las amenazas más graves que experimenta la democracia
española en lo que va de postfranquismo. Van de salva patrias escondiendo la
gasolinera flotante o el deportivo debajo de la bandera. La bandera que colocó
Vox en el peñón es pañuelo Kleenex comparada con la que usan estos señores de
orden para esconder sus desvergüenzas. Desde todos los Ministerios han tomado
el Estado en el nombre del Padre. La ley mordaza es, otro más, de lo muertos
del presidente Rajoy. No lo es menos la manipulación y esa tremenda dislexia constitucional
mediante la que dicen pan cuando piensan en tortas. Las pensiones más amenazadas por el PP que
por la muerte, encuentran en ellos su pecholata particular. Vote al PP. Ya sabe
que vendrá, le harán daño y después le regañaran por quejarse. Cierto, ya no.
Ahora multa o prisión, que ya la derecha conservadora desempolvó las leyes
fundamentales. Vote PP y no se equivocará, no hay más que lo que ¡Ay!.
Vote
PSOE, que no se equivocará y encontrará lo que ya sabe. Una política con la
brújula social desorientada por el magnetismo institucional. Es como si fuese
anteayer, ver a Rubalcaba y toda su disciplina de voto machacando la iniciativa
legislativa de dación en pago. Ninguno se fue, solo se toman un reposo,
subiendo o bajando del escenario. No pararan hasta diluir a uno de los grandes
partidos de la historia de España en la salsera. Sánchez es un tipo agradable y
simpático. Su diferencia con Zapatero fueron los tiempos, pero es la misma
percha con distintas cejas.
Vote
Podemos y no se equivocará. Ahora que parecía que el fin del consumismo
permitía retomar la pluralidad de futuros, parece que aún no. Ya sabe, de joven
comunista, pero una vez en el gobierno, como poco González-socialista. El
González-socialismo es un concepto acuñado en la década de los 80, y dícese del
burgués posibilista que está más en cazar ratones desarrollistas y aplicar una
mínima redistribución entre pobres y menos pobres, dejando intacto el virgo
patrimonial de las oligarquías, que en respetar el amarfilado hueso del
socialismo. Podemos es el salto al vacío de lo mismo. Alegría para hoy y
desánimo para mañana. Su video electoral da en el clavo. No se asuste, mañana
será casi lo mismo, pero con menos canas y canosos. Vote Podemos y disfrute del
coito, después no le invitaran a marcharse del Congreso. Simplemente le dirán
aquello de “no te digo que te vayas, pero ahí tienes la ropa (y la ilusión)”.
Vote Podemos, total, antes muertos que sin silla.
Vote
Ciudadanos. No se equivocará. Dan de sí lo que ven. Un PP sin viejos corruptos,
con total libertad de acuñar otros nuevos. Intelectualmente tienen menos
profundidad que un trampantojo, pero permiten ver la realidad con otra
perspectiva. Ciudadanos tiene un color especial, Ciudadanos sigue teniendo a su
gente, Ciudadanos será UPYD, pero esa es otra historia diferente (que ya le
contaré cuando llegue el momento). Si vota a Rivera no se equivocará, es lo que
hay.
O
vote en blanco, nulo o incomparecencia. Da igual. En este laberinto de ratones
que estamos, al final se la dan con queso. Lo que viene vendrá y, más aún, todos
lo vemos venir.
La
música del día es bien conocida y cierta. Alienados que estamos.
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