domingo, 19 de junio de 2016

En el nombre de las cosas

Cuando se estudia desde un enfoque cuantitativo el cambio social siempre surge idéntico problema. ¿Rompemos o continuamos la serie? Con frecuencia la realidad por la que se pregunta ha cambiado de nombre o de forma, de tal modo que preguntar por ¿Cuántas cataplasmas se pone al día? puede llegar a ser algo desconcertante unas generaciones más tarde. Sea el cómo se nombra, sea qué mundos alternativos describen las respuestas, necesitan una decisión. ¿Rompemos con el pasado y discontinuamos la serie nombrando con nuevos nombres y describiendo otras realidades?¿Respetamos la serie y su pasado de forma que podamos tener la más larga del lugar, aunque ya signifique poco o nada, al ir diluyendo su contenido con el paso del tiempo y de las generaciones?

El PSOE optó, desde siempre, por la opción conservadora: mantener la serie aunque ya no diga nada del presente. González, Zapatero, Rubalcaba y tantos otros aún forman parte de la definición operativa del PSOE. En los medios, afirman que Sánchez dará el mitin “arropado por”… Error de palabra, la correcta es “lastrado por”.

Si usted se fija, Rajoy es el muro de carga. Aznar, por ejemplo, cuando asoma la patita o la lengua, se la cortan. Simplemente “porque tu no me lo das”. Rajoy acarrea sus defectos y sus penas, pero no la mochila de los demás. Iglesias o Rivera van por ellos mismos. En IU, una vez vestido un líder, los otros pasan a corifeos cantantes, y no todos ni en todos lados.

El PSOE es el partido de los nombres. Un nuevo arca de Noé, lleno de especies y animales, dónde hay desfile de gigantes y cabezudos un noticiario sí y otro también. ¿Es que el PP o Podemos no son un zoo ambulante? Y tanto que lo son. Pero ya se cuidan de no pasear al santoral y procurar que el cuarto poder no los use para rogativas.


El PSOE se autodestruirá orgulloso de tener la serie más prolongada e ininterrumpida, en la que los nombres grandes ya no hablan de las mismas cosas ni las cosas, mire usted, ya no se adornan con los mismos nombres. Hace bien el PSOE de estar orgulloso de su pasado. Solamente debería recordar que electorado pasado no mueve molino electoral.


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