Hoy, por validación, he escuchado
el club de la comedia en la cadena Ser. Emitían un monologo de Susana Díaz, muy
gracioso. Sin duda era un homenaje a los cómicos que en la transición imitaban el
hablar de los políticos. No obstante, siempre se aprende y son varios los
indicios significativos. El primero, que le iban a hacer un “Cebrián” a Susana Díaz.
Por si no lo sabe, se denomina “hacerse un Cebrián” en periodismo a la
entrevista diseñada según el modelo del Suzuki “Pajero”, que sin duda inspiro
la frase célebre de Torrente: “Nos hacemos unas pajas uno al otro. Pero sin
mariconadas”. Es decir, nada personal, es por trabajo. El nombre surge de una
entrevista que P. Bueno le hizo a su jefe supremo en la Cadena Ser, al día
siguiente de la aparición de su nombre (el de su jefe) en los “Papeles de Panamá”
(trama de evasión en paraísos fiscales). Fue un trabajo oral impresionante por
ambas partes, dándose gusto pero sin tocarse los “discursos”. Ahora estaba la
oportunidad de comprobar si aquello era una cuestión de comer y predicar todos los
días, o estructural, también llamado política editorial. Pues me equivoque. Resultó
ser espacio publicitario. Susana Díaz colocó el pack completo de emoción,
irrealidad e historia de perfil. Impresionante. El problema real es el mismo.
Con su diagnóstico el paciente (PSOE) se muere. En mitad de una infección de
caballo equivale a ponerse a rezar. No será con evocaciones al ser supremo, por
más que Bono esté dispuesto a bendecir la mesa de operaciones, como sacara al
PSOE de la postración en la que se encuentra. Hay dos opciones, o su interpretación
de lo que ha pasado en la última década es camuflaje electoral (para ganar) o
es lo que de verdad cree (sobre lo que hay que actuar). La respuesta aclara si
solo se engaña a si misma o a los demás. Es una duda forense, es decir,
curiosidad.
Una segunda cuestión importante
es la entrada de comentarios. La inmensa mayoría eran contrarios y críticos con
la dinámica de la entrevista y el discurso de Susana Díaz. Sin embargo,
respaldada como está por el aparato del partido y sus funcionarios, cómo es que
nadie cubrió ese flanco, llenando de comentarios elogiosos la página. Un
despiste quizás. Pero no es comprensible ese abandono. Quizás los militantes
que van a votar no leen o los que importan ya tienen la cartilla leída. Vete a
saber.
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