martes, 9 de mayo de 2017

Un futuro que se trifurca



En ocasiones, entre los comentaristas y analistas “medio”-pensionistas se produce una sospechosa confusión entre el culo y las témporas. Aunque hay debate filológico (pues sostienen la opinión que témporas va más de tiempos litúrgicos y ayunos), todo se resume en confundir sienes con lo que todo el mundo tiene. Porque como hay culos existen opiniones, pero en las sienes no siempre pensamiento tienes. Vayamos al caso que nos ocupa. Ahora la moda triunfante es reducir la realidad a la interpretación de ella. Así, todo esto consiste en “cuentos” enfrentados. En el caso de Pedro Sánchez, se resume la historia en un relato afortunado. Habla de una ruptura interna entre cuadros “amancebados” con el poder económico desde los tiempos de María González del Olvido y unas bases que han sufrido en silencio socialista un partido de banderín, ya que no de bandera. Susana Díaz mantiene el relato “tócala otra vez Sam”: el PSOE es mucho PSOE, volveré a traer la victoria. Y López que como costurero pinturero busca ser el tercero en discordia con el mito de poner ahora paz y después gloria.   
Si todo son “relatos”, el futuro del PSOE es sombrío. No hay después. No hay mañana. Un partido partido y repartido. Obviamente, esto no es cierto. El meta-relato mediático transforma la realidad para encajarla en lo figurado. Y allí desarrolla la lógica propia de lo narrativo. Los políticos son figuras y figurantes, las declaraciones textos sin contexto.
Pensemos que la realidad existe. Y que el “relato” de Pedro Sánchez es la mejor lectura de la situación ideológicamente clínica del PSOE. Que, como primero sospecharon y después de 2011 confirmaron los votantes socialistas, las élites políticas del PSOE estaban ante el poder desnudos. Que su institucionalización era tan patológica, que tras varios gobiernos socialistas, los muertos de cuneta y los secuestrados en el Valle de los Caídos, (encarcelados sus huesos y vigilados en preferente por su principal matador), allí continuaban. Que los concordatos firmados con el gobierno extranjero del Vaticano, así como con los poderes financieros, seguían vigentes y placenteros. Ya te digo que muchos políticos socialistas se ganaron el paraíso cuando pasaron al otro mundo (en el cielo y en la tierra) solo con pasarse a gestores del otro lado. En resumen, que cuando los gobiernos socialistas pasaron, los dinosaurios continuaban pastando (ganar mucha-mucha pasta).
Y si es verdad que esa es la realidad?. Que el PSOE y sus militantes fueron secuestrados por “fake socialistas”, como Boyer, J. Bono, N. Serra, F. Vázquez y sigue tú la cuenta que pierdo la respiración. En versión de Díaz, todos eran socialistas en la medida que es socialista quien tiene carnet, y no puede haber socialistas sin carnet, ni carnet sin socialista. No se la razón, pero la idea de carnet siempre la tiene en la boca o el argumento. Una pregunta. Dónde están los colegas sacros de González? Busque Mitterrand, Kohl, o la cúpula italiana de la logia P2. Gigantes políticos. O no. Todos ellos con sus asuntos donde interviene la palabra judicial. Ahí están las ubres que amamantaron a nuestro experto en vacunos. En esa situación, el baño de realidad judicial que está empapando a las elites de los partidos tradicionales, también está “hidratando” la voluntad de los militantes socialistas.
Y así, Pedro Sánchez es el futuro del PSOE. Es la piedra filosofal que transmuta en oro el plomo que había en las alas de los que eran solo pagacuotas y tramoya electoral, convirtiéndolos en agentes de cambio. La ilusión y la imagen de autenticidad no se compran ni se vende (como el cariño verdadero). Pedro Sánchez la tiene. Se la han dado los demás cuando recortaron en silueta el “no es no”, con las tijeras de la abstención. Y veamos, esto dónde lleva al PSOE?. Con mucha probabilidad, a ganar las próximas elecciones generales. Hay una razón de peso. Votar a Sánchez, además de fuera PP, es un voto de castigo a los fraudes anteriores. Si votar a Sánchez en las elecciones generales es decirle “que os den” a todos los que antes se dijeron socialistas como preámbulo al consejo de administración, el banco o la organización internacional, Consejo de Estado y consultivos varios (en general todos los cobijos que no se ven por el común, pero que bien los vieron los que se vendieron), yo que los tenia desahuciados en el olvido, igual voy y se lo digo. Como yo muchos. Es un voto con doble satisfacción: contra la corrupción de la derecha y de la izquierda.
Susana Díaz, como todos los tiburones políticos de piscifactoría (léase García Page y demás), puede haber sobreestimado su tamaño en las turbulentas aguas nacionales. Por eso los cuadros se han quedado a ídem. Y truenan y amenazan que si no se apuntala a la ganadora del partido ganador, aunque actualmente en derribo electoral, esto es el acabose. Pero da la intuición que no. Si el partido tiene resiliencia, es en las bases, no en las galas mediáticas de sus portavoces. De ganar la opción de Pedro Sánchez, al final simplemente nos encontraremos con una sirena varada, que se reúne con las ballenas políticas varadas que ella abrazó pensando que la conducirían a alta mar. Ese es el error de Díaz. El partido no es González, Zapatero, Rubalcaba y demás. Esos no solo son pasado, sino que ni siquiera es tan glorioso como pretende simular. La realidad es que Díaz haría de nuevo lo mismo que hicieron los que la llevan en andas. El miedo en el cuerpo lo tiene aquellos que saben que tras Díaz van ellos. El error de estos? Confundir la realidad del poder con la realidad.
López también le dio una lectura equivocada a la realidad. Cuando dos candidatos están enfrentados, en muchas ocasiones es el tercero el que se lleva el hueso. Simplemente por ser bisagra y la lógica de “ni para ti ni para mí”. Epatar por empate. Pero no era verdad. Esto no son cuadros enfrentados, como ha sido lo habitual. Esto es un modelo de partido contra otro, y solamente puede quedar uno. No cabe apaño o componendas. Es ser o no ser, ya que serás, pero otra cosa. En ese escenario, López sobra en toda la medida que el juego no sigue las reglas que él conocía.
El principio esperanza me hace pensar que Sánchez se impondrá en la modernización y democratización del PSOE. Es la vía rápida para quitar el plomo de los pies del electorado socialista. Díaz solo recurre a fantasmas, miedos y terrores nocturnos propios de la derecha. López clama en el desierto. Es la opción tirita para una operación a corazón abierto. No solo estorba, es una opción inútil.  

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