En ocasiones, entre los
comentaristas y analistas “medio”-pensionistas se produce una sospechosa confusión
entre el culo y las témporas. Aunque hay debate filológico (pues sostienen la opinión
que témporas va más de tiempos litúrgicos y ayunos), todo se resume en
confundir sienes con lo que todo el mundo tiene. Porque como hay culos existen
opiniones, pero en las sienes no siempre pensamiento tienes. Vayamos al caso
que nos ocupa. Ahora la moda triunfante es reducir la realidad a la interpretación
de ella. Así, todo esto consiste en “cuentos” enfrentados. En el caso de Pedro Sánchez,
se resume la historia en un relato afortunado. Habla de una ruptura interna
entre cuadros “amancebados” con el poder económico desde los tiempos de María González
del Olvido y unas bases que han sufrido en silencio socialista un partido de banderín,
ya que no de bandera. Susana Díaz mantiene el relato “tócala otra vez Sam”: el
PSOE es mucho PSOE, volveré a traer la victoria. Y López que como costurero pinturero
busca ser el tercero en discordia con el mito de poner ahora paz y después gloria.
Si todo son “relatos”, el futuro
del PSOE es sombrío. No hay después. No hay mañana. Un partido partido y
repartido. Obviamente, esto no es cierto. El meta-relato mediático transforma
la realidad para encajarla en lo figurado. Y allí desarrolla la lógica propia
de lo narrativo. Los políticos son figuras y figurantes, las declaraciones textos
sin contexto.
Pensemos que la realidad existe.
Y que el “relato” de Pedro Sánchez es la mejor lectura de la situación ideológicamente
clínica del PSOE. Que, como primero sospecharon y después de 2011 confirmaron
los votantes socialistas, las élites políticas del PSOE estaban ante el poder
desnudos. Que su institucionalización era tan patológica, que tras varios gobiernos
socialistas, los muertos de cuneta y los secuestrados en el Valle de los Caídos,
(encarcelados sus huesos y vigilados en preferente por su principal matador), allí
continuaban. Que los concordatos firmados con el gobierno extranjero del
Vaticano, así como con los poderes financieros, seguían vigentes y placenteros.
Ya te digo que muchos políticos socialistas se ganaron el paraíso cuando
pasaron al otro mundo (en el cielo y en la tierra) solo con pasarse a gestores del
otro lado. En resumen, que cuando los gobiernos socialistas pasaron, los dinosaurios
continuaban pastando (ganar mucha-mucha pasta).
Y si es verdad que esa es la
realidad?. Que el PSOE y sus militantes fueron secuestrados por “fake
socialistas”, como Boyer, J. Bono, N. Serra, F. Vázquez y sigue tú la cuenta
que pierdo la respiración. En versión de Díaz, todos eran socialistas en la
medida que es socialista quien tiene carnet, y no puede haber socialistas sin carnet,
ni carnet sin socialista. No se la razón, pero la idea de carnet siempre la
tiene en la boca o el argumento. Una pregunta. Dónde están los colegas sacros
de González? Busque Mitterrand, Kohl, o la cúpula italiana de la logia P2.
Gigantes políticos. O no. Todos ellos con sus asuntos donde interviene la
palabra judicial. Ahí están las ubres que amamantaron a nuestro experto en
vacunos. En esa situación, el baño de realidad judicial que está empapando a las
elites de los partidos tradicionales, también está “hidratando” la voluntad de los
militantes socialistas.
Y así, Pedro Sánchez es el futuro
del PSOE. Es la piedra filosofal que transmuta en oro el plomo que había en las
alas de los que eran solo pagacuotas y tramoya electoral, convirtiéndolos en
agentes de cambio. La ilusión y la imagen de autenticidad no se compran ni se
vende (como el cariño verdadero). Pedro Sánchez la tiene. Se la han dado los demás
cuando recortaron en silueta el “no es no”, con las tijeras de la abstención. Y
veamos, esto dónde lleva al PSOE?. Con mucha probabilidad, a ganar las próximas
elecciones generales. Hay una razón de peso. Votar a Sánchez, además de fuera
PP, es un voto de castigo a los fraudes anteriores. Si votar a Sánchez en las
elecciones generales es decirle “que os den” a todos los que antes se dijeron
socialistas como preámbulo al consejo de administración, el banco o la organización
internacional, Consejo de Estado y consultivos varios (en general todos los
cobijos que no se ven por el común, pero que bien los vieron los que se
vendieron), yo que los tenia desahuciados en el olvido, igual voy y se lo digo.
Como yo muchos. Es un voto con doble satisfacción: contra la corrupción de la
derecha y de la izquierda.
Susana Díaz, como todos los
tiburones políticos de piscifactoría (léase García Page y demás), puede haber
sobreestimado su tamaño en las turbulentas aguas nacionales. Por eso los
cuadros se han quedado a ídem. Y truenan y amenazan que si no se apuntala a la
ganadora del partido ganador, aunque actualmente en derribo electoral, esto es
el acabose. Pero da la intuición que no. Si el partido tiene resiliencia, es en
las bases, no en las galas mediáticas de sus portavoces. De ganar la opción de
Pedro Sánchez, al final simplemente nos encontraremos con una sirena varada, que
se reúne con las ballenas políticas varadas que ella abrazó pensando que la conducirían
a alta mar. Ese es el error de Díaz. El partido no es González, Zapatero,
Rubalcaba y demás. Esos no solo son pasado, sino que ni siquiera es tan
glorioso como pretende simular. La realidad es que Díaz haría de nuevo lo mismo
que hicieron los que la llevan en andas. El miedo en el cuerpo lo tiene
aquellos que saben que tras Díaz van ellos. El error de estos? Confundir la
realidad del poder con la realidad.
López también le dio una lectura
equivocada a la realidad. Cuando dos candidatos están enfrentados, en muchas
ocasiones es el tercero el que se lleva el hueso. Simplemente por ser bisagra y
la lógica de “ni para ti ni para mí”. Epatar por empate. Pero no era verdad. Esto
no son cuadros enfrentados, como ha sido lo habitual. Esto es un modelo de
partido contra otro, y solamente puede quedar uno. No cabe apaño o componendas.
Es ser o no ser, ya que serás, pero otra cosa. En ese escenario, López sobra en
toda la medida que el juego no sigue las reglas que él conocía.
El principio esperanza me hace
pensar que Sánchez se impondrá en la modernización y democratización del PSOE. Es
la vía rápida para quitar el plomo de los pies del electorado socialista. Díaz
solo recurre a fantasmas, miedos y terrores nocturnos propios de la derecha. López
clama en el desierto. Es la opción tirita para una operación a corazón abierto.
No solo estorba, es una opción inútil.
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