sábado, 30 de noviembre de 2024

Dime con quién andas y te diré lo que no eres

 

Aitor Esteban lo expresó en breve. A Feijoo no le faltaban votos para ser presidente del gobierno. Realmente le sobraban votos. Los de Vox. Y todos sus horizontes son Vox. Los medios ya le dan a la derecha casi 200 escaños con Vox. Siempre suman a Vox. Siempre necesitan a Vox. Y Vox es mala, muy mala compañía. Podrán llegar al gobierno de España, pero no es lo mismo un discurso mediático extremista que las políticas extremas de Vox. Ganar con Vox es perder todos, incluidos ellos mismos.  

Feijoo cabalga el tigre. Sabe que no puede bajar de él, no por el tigre, sino por los lobos y lobas que están esperando. De poner pie en tierra, González Pons, Gamarra, Ayuso y todos los que le tocan ahora la pandereta lo masacran. Ya le dieron patada en pandero al anterior. Seguir en el tigre le obliga a no entrar en poblado democrático. ¿Qué derecha regionalista o nacionalista es tan suicida como para meterse en las fauces de Vox? Feijoo vive el clásico “ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, contigo porque me matas. Sin ti porque me muero.”

Y aquí tiene la explicación de la mala carita que lleva Alberto desde que clarea el día. En qué momento funesto le sedujeron la muecas de Ayuso para dejar Galicia y venirse a su terreno (de ella). Él, que vivía con vistas a la catedral en todas sus ventanas, peregrinó para convertirse en penitente de la cofradía del santo coso madrileño.

Todo es un eco de lo mismo “Nace en las Indias honrado donde el mundo le acompaña; viene a morir en España y es en Génova enterrado”. Quevedo era la versión patria de Nostradamus a lo que se ve.

Un asalto exotérico al poder

 

Tellado, el escudero de talle verbal bajo, lo dijo a las bravas. Harán todo lo posible, empleando los medios que sean necesarios, para alcanzar el poder. Lo expresó en negativo, “echar a Sánchez” pero el significado era solar: “ocupar su lugar”. Es una declaración revolucionaria de asalto al poder democrático y a la democracia en sí misma. La democracia no admite el concepto “todos los medios”. Solo hay un medio y es el acuerdo, la negociación y las mayorías.

La cosa está ahora más grave que nunca Vox mediante. El PP está lleno de tapados de la dictadura (acunados en Alianza Popular) pero Vox es la dictadura neonata. Son fascistas-franquistas, racistas, homófobos, patriotas de cheque en blanco que miran divertidos como desde el PP se afanan en acarrearles votantes a casa. En la canción infantil “La collares” le mantenía a Franco el culo blanco. Ahora es Feijoo quien le lava la cara en cuerpo ajeno.

En este asalto se han aunado todas las desmesuras remanentes de la dictadura. Los restos de jueces contra la democracia (juraron lealtad al régimen dictatorial y a quienes les apadrinaron la carrera), organizaciones de extrema derecha de toda calaña y tipo (desde esquinados del cara al sol, paradójicamente dados a cantar de noche, hasta recitadores del “Dios te salve María”. Compartiendo esquina en la historia de España desde 1936), los cuatro buleros que tiran de redes y los medios que hacen propaganda alimentando el golpe “blando”. Todos ellos están en la misma: facilitar el asalto al poder democrático aplicando un uso torcido de las instituciones democráticas, usando todos los medios (incluyendo mediáticos) a su alcance.

En esta crisis provocada por lo más negro de la España negra hay quien se la coge ideológicamente con papel celofán. Imposible esperar que Felipe González reconozca el percal de este revival franquista. Queda la esperanza ilusoria de que Isidoro sí que reaccione y despierte. Felipe González ya fue niño en el bautizo (de la democracia), novia en la boda (entrada en la Unión Europea) y muerto en el entierro (del periodo de transición). Quizás Isidoro entienda más de las amenazas de los descendientes de la dictadura. Ya sabe, Isidoro es un gato. Igual le da por vivir otra vida pasada.

Lo que no sé es cómo lo haría. Superman se quitaba las gafas y era humano, Ana Montana se cambiaba la peluca y también. No sé cómo se quita la soberbia de un pasado que realmente ni fue. Visto lo que se ve.

martes, 5 de noviembre de 2024

One way ticket o la irreversibilidad del odio

 

Hay caminos que se recorren en un solo sentido. En España, los dirigentes del Partido Popular han ocupado años macerando en un discurso de odio a sus votantes. Un odio visceral, irracional y cuidado que hace tiempo perdió las formas. En la práctica, todo un ejercicio de preparación previa para el más allá ideológico. Vox y ahora SALF se nutren de lo cultivado. No se diluyen; por el contrario, se solidifican y fortalecen. Son electorados sin vuelta atrás. Radicalizados y ciegos. Con Vox en escena, la estrategia del PP es claramente una apuesta por el declive. No solo no volverán los idos, es que se marcharan aun más. Tantos como acuñe para que los haga valer otras manos.

Ciudadanos fue una amenaza electoral para el PP hasta que lo mimetizó y se diluyó como un azucarillo en café caliente. Rivera fue siempre orilla desde que orilló la moderación. Ahora es más serio. Mucho más serio. Todo lo que envían a la extrema derecha se aloja allí. Están ultra cómodos en un discurso arropado. El PP ejerce una política antisistema que le convierte en un puente. Un puente que puede llevar a Feijoo u otro líder del PP al gobierno. Eso sí. Como vicepresidente de Abascal. Tiempo al tiempo.