sábado, 28 de mayo de 2011

El placer de equivocarse

El movimiento continua sentado en las plazas. Esa protesta sin discursos ni recursos sobrevive. Acosada por los medios que buscan la noticia, por los políticos acostumbrados a votantes y no a ciudadanos librepensantes, por las exigencias de los que confunden democracia con la cosecha de cada cuatro años. La única razón de su persistencia es su autenticidad, desarrollada en su hábitat natural: la calle.
Poseen la inteligencia mayor que se puede tener: la inteligencia colectiva. Los pasos naturales serán la radio y la televisión por internet. Dónde expresar directamente. Es una de las pocas opciones que tienen de crecer y permanecer.
La derecha, sea nacionalista (CiU) o centralista (PP) aprendió a camuflarse y nadar entre dos aguas en los medios de comunicación. Sin embargo, siempre han sabido llevarsela a su molino ideológico (iglesia católica, privatización, escuelas y sanidad privada, etc). Los manuales de "educación para la ciudadanía" son un buen ejemplo. Muchos de ellos, legales por fuera, reaccionarios por dentro. Pueden disimular y vaciar de contenido leyes y preceptos. Pero no pueden ocultar la alergia que les produce la democracia. Son demócratas de escaño y escabel. De señor bedel y toda la tramoya. Lo de la soberanía popular les provoca dolor intestinal. No pararan en Madrid (su gobierno) hasta que algo pase y se disuelva la protesta como una mala nube. En Barcelona ya han comenzado a equivocarse. Si continúan con violencia, podrán sacar las protestas de las calles, pero la meterán más profundamente en las mentes y los corazones.
El PSOE se encuentra en la fase "debate de ideas". En lenguaje coloquial significa: no sabemos por donde nos da el aire. Pero aire nos han dado. Ni esta ni se le espera próximamente.

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