Han rizado el rizo de un modo que eriza la piel del
cerebro. Tienen su mérito. En la oposición eran un pleonasmo tras otro. En su
sentido más puro. Ahora, en el gobierno emplean de forma repetitiva justo la
contraria: el oxímoron. Un oxímoron pleonásticamente encadenado. Los
neurolingüístas han demostrado, por ahora, que la figura retórica que más exige
cognitivamente es el oxímoron, con su obscura palidez. Esa frase le ha
encendido las neuronas como un árbol de navidad. Esto que aquí aparece al
principio es, sin embargo, la conclusión de una reflexión que el PP se encarga
a diario de documentar. No puede ser azar que todos empleen la misma figura
retórica que entorpece la comprensión. Y la despliegan con naturalidad. Quizás
porque van tomando forma las contradicciones entre nuestra pasada forma de vida
y el futuro que nos preparan. Por ejemplo, tras recalificar media España como
suelo urbanizable, descubrimos los ¡huertos urbanos!. Y así todas las que
quiera. Para el gobierno, es una estrategia retórica afortunada para camuflar
la realidad. Y también para crearla. De un oxímoron siempre nace un nuevo
concepto, una nueva irrealidad. La neolengua de Orwell, de existir, modificaría
sin duda la estructura profunda del lenguaje, insertando y sustituyendo en su
ADN la comparación (base del razonamiento) por el oxímoron (base de la
estupefacción).
La calidad no es cara. Está claro que nuestro
exministro de educación Wert (saber que algún día pasará hace que la
inteligencia se sienta mejor) compra en LIDL. Que la calidad no es cara lo
demuestran las mejores universidades del mundo. En España, tras estar en la
cola de la inversión en educación e I+D+I tantos años, no le gusta los
resultados. Por eso para mejorar hay que empeorar. Resultará que es leninista
de derechas. Todo para garantizar una educación obligatoria universal y
censitaria. Reducir profesores, elevar el número de alumnos, subir las tasas, reducir
las becas y demás, no afecta a la calidad de la enseñanza. Directa ni
indirectamente. ¿Para qué la aclaración?
El notario
mayor del reino, nuestro joven encallecido, da fe que la justicia sale
fortalecida al no investigar la denuncia contra un juez. Es decir, que una
justicia injusta es justamente lo más ajustado. Un fiscal tautológico afirma,
para no investigar, que estará bien porque bien parece quien lo pago bien. Pero
no se discutían los pagos, sino los cobros. Archivar los cobros por los pagos.
Otrosí. El mismo ministro, garantizando justicia para todos, impone tasas que la
vetan y tuercen en favor del que más recursos tiene. Existen los recursos por
algo. Y se ganan por algo. Es parte del sistema de garantías. Ya no para todos.
Solamente los que tengan recursos podrán presentar recursos. Una justicia
censitaria es lo que es. Más. Protege la libertad para ser madre prohibiendo a
las mujeres la decisión de no serlo. ¿Lo van pillando?
Esperanza Aguirre, que ya no sabe que hacer para
seguir en el “candelabro”, además de ser un oxímoron andante (era ministra de
Cultura cuando el premio a Sara Mago), como presidenta de una Comunidad
Autónoma propone recentralizar el Estado y devolver competencias. Para no
incrementar la presión fiscal va a subir las tasas. Y plantea que si el público
(es decir, usted y yo) ocupamos las plazas públicas, las estamos privatizando.
La privatización pública o Aguirre contra la privatización son oximorones.
El ministro de
economía afirma que nos “desaceleramos aceleradamente”. El oxímoron más
sobrecogedor es cuando afirman que recortar y reducir el gasto público
producirá crecimiento en España. La ministra de empleo sentencia que facilitar
el despido es la mejor forma de crear empleo. Interior prohíbe y legisla contra
la libertad de expresión para proteger la libertad de expresión. Ahora la
escala de ingresos se podrá medir por las libertades que te tomas. Botellón
30.000 euros. Porro callejero 30.000 euros. Capucha para manifestación 30.000
euros. Si haces botellón fumando un porro luciendo una capucha 90.000 euros. Un
lujo al alcance de unos pocos. Mejor te pones el botellón por capucha y te
fumas la capucha mientras juegas a porras con los porros. Y cruza los dedos.
Como des con un madero ilustrado, le sonara eso de que el orden de los factores
no debería alterar el producto. 90.000 euros. Llegados a este punto, como la
policía estudie combinatoria aplicada al orden público, que abandonen los
rebeldes toda esperanza. Se acabó el desorden.
El dinero de
los impuestos que pagan y pagaron los desahuciados por los bancos se emplean
para salvar a los bancos que los desahuciaron. Eso sí. A Rato, su hombre de
ellos, le han echado con cajas destempladas por lo destempladas que estaban las
cajas. “Bonus” mediante. En sanidad no se puede decir que el sistema de salud
español es de mala calidad. Pero sí que es caro. Claro, con dinero es fácil dar
calidad. No como en educación que la calidad no es cara. Educación y sanidad
eran dos líneas rojas. Y una por pitos y otra por flautas, allí quedaron. Ergo,
si te llaman línea roja ve pensando que te dejan atrás. Han puesto el suelo
patrio pringado con tantas líneas rojas que eran intraspasables y ahora sirven
para indicar dónde estábamos cuando esto empezó.
Obama, y antes otros, siempre comentan la extrema
dureza de las medidas tomadas por el gobierno español contra su pueblo. Rajoy
ha demostrado por reducción al absurdo (llevando al límite su aplicación en
España) que la doctrina Merkel no funciona. Lo cierto es que había métodos
lógicos más razonables para concluir lo mismo. Pero como la educación que
recibieron los miembros del gobierno era de mala calidad… Quién te ha visto y
quién te ve. Asombra lo que eras. Atendiendo a lo vivido y oído, la conclusión
evidente es que el mejor gobierno se hace desde la oposición. Allí es donde siempre
tienen las mejores soluciones. Por ello una modesta proposición: que en España
se gobierne desde la oposición.
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