como bien saben los libreros. Pero los desastres
nacionales continúan a ritmo de ambas Los miras a la cara y como mueven los
labios. Y da vergüenza ajena. Ya la auditoria de las cuentas era un chiste
sacado de la chistera. Y está claro que todo pinta a últimas verdades en la
boca de ese gran tesorero. La Isla del Tesoro estaba en el Golfo de Génova. Y
ahora lo sabemos con certeza. Cuando amagó a lo Rubén Darío, “Pero Jota, te voy a contar un cuento. Éste
era un presidente que tenía un palacio de diamantes, una política hecha del día
y un rebaño de elefantes, un kiosko de mala-quita, un gran manto de tú más…”. Los elefantes salieron bramando: que lo muestre. Y lo
mostró. Ahora es “que lo demuestre”. Y en el kiosko todo es mala quita y así
seguirá. No hay desmentido que lo desmienta. Ya vimos como se les cortó el hipo
cuando los sobres asomaron la solapa.
Ayer Rajoy pidió un gran pacto contra la
corrupción. Del pacto a la componenda hay un pequeñito paso. Y de la componenda
al Pacto de Silencio un costado. ¿Estará Rubalcaba y su Soraya tan
despistados?. No sé. Solamente espero que no le pidan consejo a la Fundición de
Ideas.
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