Dice la Wiki que “El picor es un hormigueo peculiar o irritación incómoda de la piel que conlleva un deseo
de rascar la parte en cuestión”. Cuando te pica, te rascas. Es un mecanismo
universal, aún poco conocido. Y con todas las prevenciones a las metáforas
organicistas, cuando a una sociedad algo le pica, y pica mucho, su instinto es
rascarse. Tomando como política lo que hacen los políticos, la política
española pica. De ahí la razón de ser de los “escraches”, que aumentan con lo
picajosos que se han vuelto en la derecha, sea UPyD o sea PP (antes CP, antes
AP, antes demócratas orgánicos). Tan de democracia orgánica, que entre ellos
les va lo de yo te rasco la espalda y tú me la rascas a mí. Los demás que se
rasquen el bolsillo.
Un señor Delgado al parecer dijo horrorizado de un escrache: “¡Querían que rompiera la disciplina de
voto!”. Gallardón saltó escandalizado: nunca vio tamaña violencia a la
libertad de un diputado para votar lo que le obliga la disciplina de su
partido. Ya van varias que escucho a este Ministro y en el arranque me digo
¡que bien dicho! para después concluir, cuatro palabras después, en “esto no es
una pipa”. Dice este hombre de bien que los “escraches” son malos de la malhería.
¿Para qué sirve votar?. Y eso me
pregunto yo. ¿Para qué sirve votar si después hacen lo que creen que deben
hacer y no lo que comprometieron? Pero no va por ahí, no. Opina que votar sirve
para que después no puedas protestar. Un votante de bien no debería hacerlo.
Para eso están los abstencionistas antisistema perroflautas
“que-te-arranco-la-cabeza” (al perroflauta). Perla tras perla te emociona. ¡Han pasado el límite: están violando el
domicilio!. Es visual y literal. Ves a la policía arrancando verjas. Un
señor con una maza golpeando puertas. Señoras mayores siendo arrastradas fuera
de su casa. Ancianos que avalaron a sus hijos y con su domicilio pagado hace
años, tirados a la calle llorando. Por fin el ministro de justicia ve como
violan los domicilios de la gente. Pero esto no es una pipa. A Gallardón le
molesta el ruido en la calle de los diputados. Y un disparate tras otro; y esos
los del escaparate. Mejor no pensar lo que sueltan en privado. La reacción con
los “escraches” es un síntoma más del aislamiento e intolerancia de esta rancia
derecha. Consideran que no hay nada que hablar. Cuando analizas los contenidos
que la palabra democracia tiene para los líderes del PP, en la forma como la
conjugan, comprendes que esto no es una pipa. El PP está retornando a sus
orígenes ideológicos en AP. La misma edad de sus ministros da pistas. Lo
curioso es que a la niña de Rajoy ahora se suma el niño de Felipe González. Es
un melodrama que los peques se asusten con el ruido de la realidad. La
diferencia es que unos niños irán a Puerto Aventura para sacarse el susto del
cuerpo y a otros los sacaran por la puerta a una aventura que asusta. Mejor me
explico mejor. Hay quien no se quiere enterar. Todo ha cambiado. Mucho y
rápido. Las elecciones ahora no son, por lo general, entre lo correcto y lo
incorrecto. Casi todo es incorrecto en un sentido u otro. Es horrible asustar a
un niño en su casa. Es horrible echar a mil niños de sus casas (de su colegio,
de su entorno, de sus amigos, de su hogar). La opción ética es ordinal. Malo es
una cosa, peor es la otra. Y puestos a defender algo, entre lo malo, defender a
los que están peor, son más débiles, solamente les queda molestar para no dejar
de ser. Para ser oídos. Eso bajo la premisa de que todos somos iguales como
seres humanos. En la derecha ya hace tiempo que no se la cogen con papel de
fumar. Ya saben que esto no es una pipa. Para ellos, es la representación de
una pipa y “contrahacen” lo que de ella dicen.
Cada vez que hablan se destapan. Sáenz de Santamaría y otros políticos
llevan una doble vida. La profesional, que es su trabajo en política, y luego
está su vida personal. No quiere llevarse trabajo a casa, por eso de la
conciliación familiar, y rechaza que lleguen los ciudadanos (su trabajo)
pidiendo a su puerta. No entiende que la molesten en su vida personal. En ello
hay un profundo desconocimiento de la naturaleza de su trabajo. Como diría
Marx, está alienada. Su trabajo, por desgracia, es la vida privada y personal
de los demás. Nada hay que haga en sede parlamentaria o de gobierno que no
altere drásticamente la vida que viven y como la viven millones de españoles.
Es, sin embargo, otra muestra de las diferencias entre políticos y políticos. Hay
alcaldes y concejales, de municipios pequeños, que sí tienen muy presente de
siempre como alteran la vida de los ciudadanos: vados, basura, agua, limpieza
de calle, parques... Y como a todos no satisfacen, soportan las malas miradas
de algunos vecinos, sus parejas no pueden comprar aquí o allí; en ese
restaurante no, que igual nos escupen en el café. Día a día y mientras les
recuerden. Rostros girados, bocas torcidas e incluso el familiar de otro
concejal te puede poner verde a nada que te encuentre. Sufren escraches en la
cena de navidad. Son políticos en política de contacto. Y saben que el
privilegio de poder alterar la vida de los demás se paga con la forma en que
puedes vivir tu vida cotidiana, dentro de la cotidianidad de los demás. No pasa
eso con las señorías de las cámaras (altas y bajas). Parece que su vida
cotidiana está a salvo de los cotidianos. Los ciudadanos son números en el
trabajo. Pero ya lo solucionaron. Interior ha dictado una orden de alejamiento
de los ciudadanos, que no podrán acercarse a menos de 300 metros de los
domicilios de los políticos. Continuación lógica de vallar el Congreso. La
lectura es evidente. Cuando lleguen las elecciones y vengan a los barrios, los
parques, los polideportivos o nos pongan sus fotos en la puerta de casa, para
explicarnos lo que les parece, tengan la precaución de no acercarse a menos de
300 metros del mitin. Recuerden a lo que se exponen con la orden de
alejamiento.
Bañez es el mayor exponente de los misterios de Fátima: ¿Qué hace esa
señora de ministra? ¿Más aún, qué hace?. Los jóvenes que se marchan al
extranjero practican “movilidad
exterior”. ¿Y no se le mueve nada a esa señora en el interior cuando dice eso?
La pregunta, cuando les escuchas y les ves es siempre la misma: ¿No tienen
ningún familiar, amigo intimo, alguien que de verdad aprecien, en proceso de
desahucio, desempleado de larga duración, o con sus hijos emigrando con un
titulo por delante y la miseria por detrás? Y esto va de respuesta múltiple. De
verdad, ¿No les duele? Y sus chorradas como pican. Otros en el PP viven no dos,
hasta tres y más vidas, dependiendo de sí participan o no en la trama. Y estoy
de acuerdo con su explicación de la contabilidad, los papeles de Bárcenas y los
sobres. El problema del PP es de transparencia. Son demasiado transparentes.
Y lo divertido dentro de
tres años. La intención de voto al PP y el PSOE hundidas y parejas. Los
minoritarios están por cambiarse el nombre y la democracia cada vez menos pipa.
Al menos en el PSOE parece que están por abandonar la versión oficial. Incluso
han dejado de ser complacientes y ridículos con alguna institución. La
responsabilidad final no es del irresponsable. Le dejaron hacer tras un telón
cerrado de silencio y sumisión, de tal modo y forma, que se desquició. Caído el
velo, está desnudo y con el culo al aire. Pero realmente nunca fue
responsabilidad del irresponsable; los irresponsables fueron los que dejándole
hacer, con sumisión y arrobo, le acompañaron a su ruina. Todos somos hombres e
iguales en naturaleza. Según mis noticias, a día de hoy, no tenemos dioses
paseando por la tierra o habitando instituciones. Y al final, tarde o pronto,
descubrimos que esto no es una pipa.
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