martes, 27 de diciembre de 2011

El Rey, los Veinte Testículos y Escarlata O'Hara


En las cortes han aplaudido al monarca un minuto y 58 segundos. Al principio se mosqueó. Todos sabemos lo que significa en España que te aplaudan después de alguna metedura de pata. Pero al fijarse bien se aprecia que los que deberían aplaudir así, de esa manera, no aplauden; luego la cosa va de veras. Hasta tuvimos “Viva el Rey”. Perplejos nos quedamos los de Montesquieu. Este señor primero intentó echar tierra encima; después desterró a Iñaki; pero después, después; al parecer no denunció un delito. Pero ocultar un delito familiar es algo ejemplar en las monarquías europeas. Y según nuestros legisladores: digno de aplauso. En fin, que tío más majo tienen sus sobrinos.

Tras la derrota llegó el 15-M al PSOE y comenzaron las manifestaciones. A día de hoy dos son los manifiestos principales. El manifiesto Antonio Machado “Se hace PSOE al andar”. En resumen, al andar se hace PSOE y al volver la vista atrás, se divisa la senda que no se debió transitar. Firmado por Chacón y otros. El segundo manifiesto es el denominado de Lina Morgan o de “Los veinte testículos” (lat. “pequeños testigos”). Su contenido esencial es “emocionados y agradecidos solamente podemos decir: estuvimos allí”. Y allí estaban. Ya no hay duda. Cuando Zapatero metió el recorte a las pensiones; cuando metió la limitación de déficit público en la Constitución, sin consultar;  cuando metió la mano en los bolsillos de los funcionarios; en todas las meteduras de él estaban los veinte testículos o subsecretarios. Y lo asumen. El manifiesto no es gran cosa, pues lo normal en los testículos es que no sean demasiado penetrantes. Como la palabra de moda ahora es “autocrítica”, gana el manifiesto Machado. O más Chacón.

Rajoy ya formó gobierno. Y comienzan los juegos de palabras. Todos a una: reformas por recortes. Lo cierto es que mucho mejor. Escena socialista: Escarlata O’Hara huye del hospital mientras un soldado grita aterrorizado que no le corten la pierna. Escena Pepera: Escarlata O’Hara se marcha del hospital sonriendo mientras un soldado anima a los cirujanos a que le reformen la pierna. ¡Dónde va a parar! Una cosa es mutilar y otra la cirugía estética. Seguro que de esta salimos más guapos. O al menos, más delgados. 

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