A
veces pasa eso. Uno mastica el chicle y es otro quien se lleva el beso. Qué se
le va a hacer. Lo primero que piensas es, chicle equivocado ¡Pero hombre
mastica Smint! Después lo ves en detalle y no. Es reamente un momento rumiante.
Qué rumiaba Rajoy es difícil de demostrar. Un atracón de corrupción es lo más posible.
En el PP esa bacanal de las mayorías pasadas forma un regüeldo que les viene a
la boca continuamente. Casi siempre después de una visita mal digerida de la
Guardia Civil. Está en ello Rajoy por fuera y sus “señorías de” por dentro.
Rumiar es lo que queda, cuando se tienen cuatro compartimentos estomacales para
digerir en dos etapas (A y B) lo que se ingresa, sea verde peseta o en euro más
hacia el ultravioleta. Dejemos tranquilo a Rajoy rumiando sus miserias,
mientras se lame su mayoría minoritaria.
Pablo
Iglesias optó por el eructo. Al final la nueva política se ha resumido en,
simplemente, nuevas formas. No por novedosas, al ser de ingenio nuevo y
moderno. Ni mucho menos. Novedosas por tomar las ideas de siempre de Izquierda
Unida y adaptarlas a lo enfant terrible.
En la acepción más simple de “persona joven famosa que hace cosas chocantes y
se comporta de forma muy diferente a lo que se considera normal”. Ya se escribió
que este político acelerado ha logrado dinamitar las opciones de un verdadero
futuro de izquierdas para España. Con las ganas de todos, ha llenado los
escaños con cabreados que actúan como cabreados. Con intereses particulares que
están a la suya. ¿Dónde quedó que la lucha contra la desigualdad y las élites
no es cosa de compartimentos? ¿Qué toda la morralla somos morralla, sea con
mareas o no? Llamar en Comú a los movimientos de Cataluña es ocultar la vuelta
al minifundio político. Aún con beso, la cosa también rumiaba, en ese proceso
de desmenuzar y disolver las fuerzas de la protesta social. Ni contratados por
el IBEX podrían hacerlo mejor, tal y como trabajan para ellos.
Garzón
está en momento Titanic. Unidad Popular Izquierda Unida aguantó el tirón que le
daba al cuello electoral los de Podemos. En este, que ya no es tiempo de
cosecha y sí de abrigo, se ofrece nuevamente en sacrificio cereal. En la larga
campaña que comenzó la noche electoral, ya solo queda agarrar de la mano lo que
se tiene. El parto no solamente salió de cuentas. Es que el niño está en
primaria. La indignación ya no da para después. Los nacionalismos, dale INRI,
contribuirán con menos. Podemos ha sido como el champan de las fiestas. Ha dado
un taponazo electoral, pero la botella pierde gas por la boca. No será un UPyD,
dado que IU se ofrece por nada como no alternativa. Cosas del amor y la
juventud. Pero nos han desgraciado ya otra vez a los que continuamos en las
plazas. Y aquí seguimos pensando que no nos representan. Ni estos ni los de
antes. Las plazas deberían ser el autentico palacio. No nos vale que conviertan
los palacios en plazas. No es lo mismo ni es igual.
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