domingo, 24 de febrero de 2013

El diablo de la mancha

Dice Benedicto XVI y lo dice "bene" que el diablo mancha la obra de Dios. A buenas horas. El diablo hace tiempo que está canonizado en muchas caras. Al menos en hora española. En esa teoría de los amigos cerca y los enemigos más cerca aún, se lo han metido dentro. Hay en una caja fuerte un libro en dos tomos, y en los tomos noticias de "tomo y lomo". Pederastia, dinero, corrupción, prostitución, favores y ese listado envidia de Casanova. Es imposible un vicio mayor que el de un clérigo vicioso: conoce todos los pecados, aberraciones y torceduras morales que imaginar puedan los pecadores durante siglos. ¿Digo siglos? Milenios. Este Papa humano ha sido capaz del acto más divino. Deja la silla de Pedro para irse a hablar con Dios. Ya descubrió que dentro del Vaticano no hay cobertura. 

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