En reciprocidad por la visita que los políticos nos
hacen cada cuatro años en pabellones deportivos, parques y plazas de
nuestros barrios para contarnos su punto de vista mitinero, algunos ciudadanos
han decidido devolver la visita y explicarles en la acera de su domicilio
nuestro punto de vista. Eso no les ha gustado. Se sienten acosados. ¿Cómo se
atreven a ir a molestarles en su casa? Tanta cortesía popular les abruma, lógico.
A poco de la demanda de Pons... Aclaro la cosa que
hace falta: es Pons el que demanda. Dice Gallardón muy serio en el pasillo de
las cortes "ejercer presión sobre un diputado para forzarle y que no
decida según su conciencia, no es la democracia que queremos". Un escalofrío
te recorre la espalda. Gran verdad. Nunca estuve más de acuerdo con él. La
disciplina de voto en los grupos parlamentarios es la mayor aberración
pensable. ¿Ah? ¿Qué ese forzar la conciencia del electo no se refiere a la
disciplina de voto? Pues también estoy de acuerdo.
Que los grandes grupos de presión, la banca, el sector energético, de telecomunicaciones y otros poderes fuercen la libre voluntad de los diputados con regalos y comidas no es la democracia que queremos. ¿Ah? ¿Tampoco? Es igual, continúo de acuerdo.
Que los partidos políticos fuercen la libre voluntad de los diputados si quieren volverse a presentar al escaño no es la democracia que queremos. Fuera las listas cerradas y bloqueadas. ¿No? Joder, Gallardón, mira que quiero estar de acuerdo contigo. Pues lo comparto.
Que haya razones de estado que obligan a que los diputados no puedan hablar libremente a los ciudadanos según su conciencia, como en el caso de “Corinna y yo”, no es la democracia libre y transparente que queremos. ¿Cómo que no? ¿No va de eso nuestro querido Ministro? En esta que sí.
Que la Iglesia y sus sectas obliguen a nuestros queridos y libre concientes diputados a votar y opinar en contra de lo que quisieran no es la democracia que deseamos. ¿Otra vez no?
Entonces ¿Qué dice nuestra luz y guía en este tránsito que es la vida? Ya. ¿Seguro que es eso?. Pues también de acuerdo.
Que los ciudadanos se hagan oír por los diputados obligándolos a que voten de acuerdo con lo que la sociedad quiere y no con lo que su libre conciencia (no forzada por el grupo parlamentario, el partido, la banca, la Iglesia y demás) les dicta, no es la idea de democracia que Gallardón y yo queremos. Y lo digo libremente para que conste.
Que los grandes grupos de presión, la banca, el sector energético, de telecomunicaciones y otros poderes fuercen la libre voluntad de los diputados con regalos y comidas no es la democracia que queremos. ¿Ah? ¿Tampoco? Es igual, continúo de acuerdo.
Que los partidos políticos fuercen la libre voluntad de los diputados si quieren volverse a presentar al escaño no es la democracia que queremos. Fuera las listas cerradas y bloqueadas. ¿No? Joder, Gallardón, mira que quiero estar de acuerdo contigo. Pues lo comparto.
Que haya razones de estado que obligan a que los diputados no puedan hablar libremente a los ciudadanos según su conciencia, como en el caso de “Corinna y yo”, no es la democracia libre y transparente que queremos. ¿Cómo que no? ¿No va de eso nuestro querido Ministro? En esta que sí.
Que la Iglesia y sus sectas obliguen a nuestros queridos y libre concientes diputados a votar y opinar en contra de lo que quisieran no es la democracia que deseamos. ¿Otra vez no?
Entonces ¿Qué dice nuestra luz y guía en este tránsito que es la vida? Ya. ¿Seguro que es eso?. Pues también de acuerdo.
Que los ciudadanos se hagan oír por los diputados obligándolos a que voten de acuerdo con lo que la sociedad quiere y no con lo que su libre conciencia (no forzada por el grupo parlamentario, el partido, la banca, la Iglesia y demás) les dicta, no es la idea de democracia que Gallardón y yo queremos. Y lo digo libremente para que conste.
¿Puede ya dejar de apuntarme con el código penal,
por favor? No sea que se le dispare una ráfaga de demandas...