viernes, 8 de marzo de 2013

Verso libre a la sombra de Muñoz Seca


La de Sofía es con certeza testa coronada,

y esto muchas mujeres jurarlo podrían.

Que de las bodas reales se informaron aquel día

en que ella  a su corona sumó

todas las que él después le pondría.

De que tuviese la frente siempre coronada

el Borbón se aseguró,

sumando todas en una 
la de Navarra, Castilla y Aragón.

Amén de otras muchas

que mi ignorancia ignora todavía.
Los medios cuentan la mitad y menos

de lo que el caso merece

y en el silencio todo 
lo que el Borbón sin ceje

hizo por dar aire a su honra, 
pese a quién pese

se ensombrece y no aparece.

De conciliación familiar es ejemplo ejemplar,

y aunque el Borbón, 
entre tropiezo y tropiezo,

también trabaja fuera del lecho,

ella no se rebaja 
que su trabajo a mucho la obliga,
y pone su vida detrás,
que más se perdio en la Liga.

Y no lleva una familia real sino trece.

Que sí no lo son así lo parece,

que falta de primos griegos no padece.

Aunque quienes los primos son

depende del lado que se mire a veces.

Llegó Ingrid la despachada 
a la prensa su discreción también abría.

Sirvió a España 24 horas, noche y día,

¿Cuál su recompensa? Naderías.

Que El Pardo desvela a quien acoge

y siendo los velos siete,

pronto te enfrías.

Todo son nimiedades que los dorados encogen,

pero cuando la historia hable, no dudéis,

brillaran con esplendor

todas sus coronas al sol

y así sabremos que ya es de día.

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