Son una especie especial de
político y política. Se afianzan en las organizaciones, sobre todo en aquellas
posiciones con corrientes de fondos: tesorería y recaudación. En lo público, encuentran
su hábitat en los entornos de las concejalías, consejerías y ministerios de la
obra pública o de mucha pela adjudicada. Últimamente, comienzan a proliferar en
las de sanidad y educación. Y sobre todo, los despachos adosados entre lo público y lo privado son espacios privilegiados para su crecimiento y multiplicación. Son animales filtradores. De todo lo que pasa, un poco se pasan y, poco a poco, se aconchan la casa. Bárcenas y tantos, son mejillones de ría y batea. Se ríen de todo y batean todos los balones fuera. Que los recoja Cospedal y Floriano.
Se arraciman y protegen creando "aconchabamientos" en las organizaciones. Los untes que al parecer hacía Barcenas (un chiste de sobresueldo para gentes como Dolores o Soraya) son realmente un unto pegajoso que compromete a todo "él" que le rodea y acepta su abrazo. En la estrategia del mejillón, hay que intentar que otro sea quien ponga la mejilla.
En ocasiones, en un euroambiente propicio y oscuro, el mejillón evoluciona en "mejimillón" y son capaces de producir perlas. Y menudas perlas generó el PP. Bárcenas, Arenas, Rato, Trillo y tantos otros nacionales y regionales dan para un collar de tres vueltas.
Algunos bivalvos pueden llegar a ser devastadores, como el mejimillón cebra, y obturar el paso de la ley. Tan invasivo, que sobra por todos lados. El mejillón cebra no indica su carácter carcelario. Es un tipo que, sobre todo por prescripción del delito, sobrevive sin tacha entre otros colegas, generalmente cuanto más merluzos más deslenguados. Ser lo son, pero el tiempo y una caña les salvó. En eso anda el PP. Con un poco de suerte, el mejimillón caduca tanto que ni Cañete se atreverá a hincarle el diente. Para que decir la Ley.
Cuánto politico ha descubierto que hay vida, y buena vida, después del archivo por prescripción de la causa. Bella amnistía por amnesia. Alguien se olvido de llegar a tiempo.
Se arraciman y protegen creando "aconchabamientos" en las organizaciones. Los untes que al parecer hacía Barcenas (un chiste de sobresueldo para gentes como Dolores o Soraya) son realmente un unto pegajoso que compromete a todo "él" que le rodea y acepta su abrazo. En la estrategia del mejillón, hay que intentar que otro sea quien ponga la mejilla.
En ocasiones, en un euroambiente propicio y oscuro, el mejillón evoluciona en "mejimillón" y son capaces de producir perlas. Y menudas perlas generó el PP. Bárcenas, Arenas, Rato, Trillo y tantos otros nacionales y regionales dan para un collar de tres vueltas.
Algunos bivalvos pueden llegar a ser devastadores, como el mejimillón cebra, y obturar el paso de la ley. Tan invasivo, que sobra por todos lados. El mejillón cebra no indica su carácter carcelario. Es un tipo que, sobre todo por prescripción del delito, sobrevive sin tacha entre otros colegas, generalmente cuanto más merluzos más deslenguados. Ser lo son, pero el tiempo y una caña les salvó. En eso anda el PP. Con un poco de suerte, el mejimillón caduca tanto que ni Cañete se atreverá a hincarle el diente. Para que decir la Ley.
Cuánto politico ha descubierto que hay vida, y buena vida, después del archivo por prescripción de la causa. Bella amnistía por amnesia. Alguien se olvido de llegar a tiempo.
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