viernes, 13 de mayo de 2016

Políticos idiotas

Otro oxímoron propio del Partido Popular. Idiota, cómo no, procede etimológicamente del griego y se refiere, cómo sí, a los ciudadanos que no se interesan por los asuntos públicos y el bien común, para dedicarse a lo “suyo”. Es decir, a su interés particular. Ya lo anunciábamos hace tiempo en “La retórica del PP”. Hay mucho político idiota, que llenándose la boca del interés público se dedica con afán afanando a llenarse el bolsillo. Como los prestidigitadores, enredan las palabras para ocultar el juego de manos. Hay tanto político idiota hoy en día…  Nuevos y antiguos, que a muchos les viene la maña de atrás, sin la dignidad gay. ¿Recuerdan la frase, “Yo estoy en política para forrarme”? Es a la vez un digno epitafio y el currículo vital de más de uno y una que usted sabe. Todos estos políticos idiotas han mezclado los dos extremos. Un abogado va y dice sotto voce que Gallardón hijo es idiota. Eso es muy ofensivo, dicho en mitad de un juicio de toma el dinero y corre. Es bien sabido que el hijo no es político ni idiota ni todo lo contrario.
Y ya puestos a hablar de idiotas políticos, las elecciones por venir las decidirán precisamente estos ciudadanos. Si algo caracteriza la situación política en España es la tramoya en el escenario. Aquí ya nadie se llama a engaño, y las tretas en los tratos y las triquiñuelas son de pública exposición.
En la Comunidad Valenciana, el presidente del PSPV para reforzar su imagen de partido, posturea su independencia de Madrid. Lo cierto es que Monica Oltra bien que lo ha pastureado. No hay nada mejor para elevar tu perfil que rebajarlo al nivel de la alternativa. ¿Dónde ibas Ximo? ¿A regar por inundación en la Albufera? Justo ahora, en el último suspiro, y para salvar ¿A quién? Vas y te arrimas al querer que te lleva a la urna de la amargura. Esto sí que es misterio y no los de Fátima. Pues ¿Cómo se explica que le lleve de postre uvas a Pedro Sánchez, sabiendo que está vendimiando? Me dan sofocos de adivinar ese ir para qué, cuando hasta “El último de la fila”, léase lista al senado, ya sabía. Al menos le quedará para el recuerdo, dentro de tres años una buena canción de Doobie brothers, What a fool believes.


Para más detalle, y ya puesto en faena, se montan un video regionalista a lo cañas y barro para que se vea que los dos, ella y él, Presi y Vice, los tienen bien puestos: los protocolos costumbristas.

En lo general, Pablo Iglesias y el fantasma de lo que fue IU (ahora corazón partío), se apresuran a escenificar un acuerdo. Que la cosa estaba más verde que madura, no hace falta palpar demasiado. Ya en política de hechos consumados, quién es el guapo o apa que dice que no han consumado el hecho, habiendo parido tan bello abrazo. Ahora todo es crujir de juntas y chupar llantas y tragar llantos para ilusionar. Si la cosa funciona, quieren jugar a techos, aprovechando que el PSOE está a suelos. La mala noticia, es que le han dado levadura al rebozado del calamar. El PP también busca su cielo, sobre los hombros de tanto jubilado que le quiere por idiota. En todo esto siempre se dio un error de cálculo. Podemos nunca debió pensar en asaltar los cielos, cuando se trataba de vaciar las catacumbas. El cielito lindo, todo el mundo sabe que es de tuna y derechas.

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