Otro
oxímoron propio del Partido Popular. Idiota, cómo no, procede etimológicamente
del griego y se refiere, cómo sí, a los ciudadanos que no se interesan por los
asuntos públicos y el bien común, para dedicarse a lo “suyo”. Es decir, a su
interés particular. Ya lo anunciábamos hace tiempo en “La retórica del PP”. Hay
mucho político idiota, que llenándose la boca del interés público se dedica con
afán afanando a llenarse el bolsillo. Como los prestidigitadores, enredan las
palabras para ocultar el juego de manos. Hay tanto político idiota hoy en
día… Nuevos y antiguos, que a muchos les
viene la maña de atrás, sin la dignidad gay. ¿Recuerdan la frase, “Yo estoy en
política para forrarme”? Es a la vez un digno epitafio y el currículo vital de
más de uno y una que usted sabe. Todos estos políticos idiotas han mezclado los
dos extremos. Un abogado va y dice sotto
voce que Gallardón hijo es idiota. Eso es muy ofensivo, dicho en mitad de
un juicio de toma el dinero y corre. Es bien sabido que el hijo no es político
ni idiota ni todo lo contrario.
Y ya
puestos a hablar de idiotas políticos, las elecciones por venir las decidirán
precisamente estos ciudadanos. Si algo caracteriza la situación política en
España es la tramoya en el escenario. Aquí ya nadie se llama a engaño, y las
tretas en los tratos y las triquiñuelas son de pública exposición.
En
la Comunidad Valenciana, el presidente del PSPV para reforzar su imagen de
partido, posturea su independencia de Madrid. Lo cierto es que Monica Oltra
bien que lo ha pastureado. No hay nada mejor para elevar tu perfil que
rebajarlo al nivel de la alternativa. ¿Dónde ibas Ximo? ¿A regar por inundación
en la Albufera? Justo ahora, en el último suspiro, y para salvar ¿A quién? Vas y
te arrimas al querer que te lleva a la urna de la amargura. Esto sí que es
misterio y no los de Fátima. Pues ¿Cómo se explica que le lleve de postre uvas
a Pedro Sánchez, sabiendo que está vendimiando? Me dan sofocos de adivinar ese
ir para qué, cuando hasta “El último de la fila”, léase lista al senado, ya
sabía. Al menos le quedará para el recuerdo, dentro de tres años una buena
canción de Doobie brothers, What
a fool believes.
Para
más detalle, y ya puesto en faena, se montan un video regionalista a lo cañas y
barro para que se vea que los dos, ella y él, Presi y Vice, los tienen bien
puestos: los protocolos costumbristas.
En
lo general, Pablo Iglesias y el fantasma de lo que fue IU (ahora corazón partío),
se apresuran a escenificar un acuerdo. Que la cosa estaba más verde que madura,
no hace falta palpar demasiado. Ya en política de hechos consumados, quién es
el guapo o apa que dice que no han consumado el hecho, habiendo parido tan
bello abrazo. Ahora todo es crujir de juntas y chupar llantas y tragar llantos
para ilusionar. Si la cosa funciona, quieren jugar a techos, aprovechando que
el PSOE está a suelos. La mala noticia, es que le han dado levadura al rebozado
del calamar. El PP también busca su cielo, sobre los hombros de tanto jubilado
que le quiere por idiota. En todo esto siempre se dio un error de cálculo.
Podemos nunca debió pensar en asaltar los cielos, cuando se trataba de vaciar
las catacumbas. El cielito lindo, todo el mundo sabe que es de tuna y derechas.
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