domingo, 29 de mayo de 2016

Mirando hacia el futuro con ira

La tecnología ha amplificado las potencialidades de las acciones humanas e inhumanas.  Al igual que los altoparlantes sirven a las dos manos y no se cuida del mensaje, las tecnologías aumentan los efectos de la estupidez humana. Pocas conclusiones son tan concluyentes como que el todo es mayor y distinto que la suma de las partes. La estupidez que alcanza el ser humano globalizado es de tal magnitud y naturaleza que sobrecoge. Una estupidez que ya no disimula y que ahora es causa de orgullo interconectado.
Todos vamos hacia el nuevo mundo que nos espera con los ojos bien abiertos. Atraídos como las polillas a la destrucción. Lo que se denomina auge de los movimientos autoritarios son simplemente el reconocimiento en la forma. El fondo nunca desapareció.
Trump es el ejemplo. Se cansó de pagar políticos y sus campañas para que hicieran el trabajo por él. Ahora, ya lo vio, no hacen falta excusas. El señor Burn y su lema de campaña, lo mío para mi y lo tuyo también, arrasa en política USA. No menos en Europa y el mundo en general. Esto es el contexto, para el pretexto ya nos bastamos solitos.
Rajoy “el inane”, rodeado de reliquias corruptas de Santa Interesa, muchas desveladas por reveladas, recibe el apoyo de un votante pensionista para quienes el futuro es ahora. En una playa cualquiera, en un balneario cualquiera, incluso con una pensión cualquiera. Debajo de los adoquines están estos votantes conservadores. Es la talla que da atendiendo a todos los detalles. Nos arrastra un capitalismo medio muerto, pero también una España con pulso de medio pensionista y prejubilada.

Lo que pasa en Barcelona es cosa de “comunistas, anarquistas y antisistema”. ¡Qué miedo! A veces olvidamos quiénes ganaron la transición y quiénes la continuaron perdiendo. La ganó la peor iglesia, el caciquismo, las ideas más rancias, el chantaje militar de entonces. Franco dejaba todo atado y bien atado. Las élites de la izquierda se ocuparon en dejar a los movimientos sociales maniatados. Grandes hijos de padres magníficos, como Maravall hijo, afirman que lo hicieron todo excelentemente y pusieron las bases del futuro democrático. Ese mismo que ahora vivimos. Para qué se lo voy a explicar a usted cuando la frase se explica sola. Eso sí. Todos nuestros demócratas con asiento de representación por vía de partido, tienen derecho, cuando el camino termine, a la frase “vivieron una buena vida y plena, pues mientras sirvieron se sirvieron y así viviendo vivieron”.
La transición a la democracia y olé, de palio y pandereta, léase gobiernos socialistas postmarxistas equilibristas, así nos dejó: avergonzados de decir que no a la versión más absurda del sentido común. Aquella que afirma todo va bien mientras aquí estemos y el tiempo pase. No importa dónde vayamos, no importa para qué. Abrazamos colectivamente el desastre con la promesa de que, al menos, para nosotros no será hoy, no ahora. Sánchez se disculpa por llamar indigno al que si no lo es lo parece que sí lo es. Maestre pide perdón a la caspa por llevar sujetador allí por donde la vía láctea derramó Hera. Si Hera hubiese llevado sujetador no quiero ni pensarlo. 
Tanta estupidez servida en genérico o específico, son los prolegómenos de un futuro lleno de ira. Esperamos lo mejor mientras trabajamos para lo peor. Es el lema de estos tiempos. El abono de la nueva vendimia. Steinbeck, el maestro, puso el listón demasiado elevado. Pero la intención entonces y ahora es la misma "Quiero colocarles la etiqueta de la vergüenza a los codiciosos cabrones que han causado esto". Por lo pronto, la historia la continúan escribiendo los cabrones codiciosos que han causado esto. 

La metamorfosis (Carlos Cano 1983)
Después se dedicó a la copla... 

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