Y allí fue Pedro Sánchez, engañado por su equipo. Le habían preparado para
un debate, cuando le esperaba un casting. Es lo que sucede cuando no lees los
signos, que diría Eco. Si la política es comunicación, lo auténtico es una
buena representación. Iglesias era puro teatro, pero actuaba con tanta
naturalidad, que no se apreciaba el trabajo. Con el Bien de Interés Cultural
(BIC) en la mano, y probando "memes" con tesón (tranquilo Pedro, no
te pongas nervioso y demás) vivió el personaje de rebelde con causas una de sus
mejores interpretaciones. Al final decía Errejón, tres veces negando a Pedro
(la segunda venida del Mesías lo pone todo en reverso, que le vamos a hacer),
que Iglesias estuvo muy natural, y no como los otros que parecían de plástico y
hechos de puro marketing. Lo natural, cuando te la juegas en un debate y en la
televisión, es estar nervioso y encorsetado, como cualquier aficionado a mal
actor. Una buena actuación trasmite naturalidad, pero no cabe engaño. La
naturalidad es el resultado de un elaborado artificio, de mucho trabajo y arte.
En resumen, Iglesias actuó con naturalidad (artificio trabajado) y los demás
fueron muy naturales, es decir, forzados y tiesos.
En Iglesias, su naturalidad es absolutamente calculada, y las emociones
manipulaciones tan evidentes que producen sonrojo a la inteligencia. Y que
ventaja de tres pueblos llevaba con los tres pardillos que le acompañaban.
Todos llevaban practicado el guión, el debate, pero no la interpretación. Y
esto va del vídeo mató a la estrella de la radio.
Lo interesante es que el casting de candidatos (y la doble) lo gana el
mejor actor. La duda es que un buen candidato no tiene nada que ver (o poco)
con ser un buen presidente. Hay ejemplos para todas las combinaciones. Rajoy es
un mal presidente, y también es claramente un mal candidato. Iglesias es un
excelente candidato, pero su trabajada frescura da muy mala espina. La Lupe ya
lo cantaba. Rivera en su momento galán no necesita más, con un caché electoral
por las nubes. Soraya es actriz de repertorio, por lo general de hemiciclo y no
le costó hacer un cameo por el casting. Sabía que buscaban un varón joven y
dinámico, pero allí que fue después de ver “Con faldas y a lo loco”, por si
necesitaban un contrabajo. Poco repaso le dieron, ya que no competía por el
papel y no quisieron hacer auto de fé quemando en efigie.
Podemos fue una gran esperanza, movilizando a los desencantados de la
política, democratizando la participación, obligando al cambio de modos y
maneras. Después la maquinaria del cálculo electoral les llevó a devastar a
Izquierda Unida y ahora a derruir al PSOE. El segundo con más méritos para ello
que el primero, bien es cierto. Después de la batalla ¿Qué?. Otra vez una
izquierda herida y fragmentada, con los movimientos asamblearios tan
descolgados como empezaron. La derecha, muy bien gracias. ¿Y su familia qué
tal?
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