Continúa
la campaña electoral y todo sigue como siempre. Iglesias sale de hablar de nada
con Rajoy y se dedica al “postureo” orientado al pastoreo. Dale caña con el
PSOE, que Rajoy ya no tiene cuentas. En Podemos, desde que cerraron los
colegios electorales no han parado con la campaña electoral. No hay que ser un
talento para ver lo evidente: no existe opción de formar gobierno.
Y en
este trance, Ciudadanos se desespera. En otra vuelta le sacan de media. Vamos,
que no se pongan demasiado cómodos en los escaños, ni alquilen apartamentos,
que muchos están de vuelta en casa para disfrutar de la familia este verano a
más tardar. Y comenzará el chiste, como siempre que hay más aviones volando que
pistas (poder) donde aterrizar.
El
PP sabe que lo suyo esta vez es dar dos veces. Arriola, en buen cálculo,
retrata a Rajoy como hombre responsable, casi apenado de no poder poner en
orden el corral. Mientras la izquierda se continúa despedazando entre ella y
dentro de ella, sin más futuro que ser un corazón partido en mil pedazos (el
PSOE tiene suelo e IU también. Pero siempre pueden salirte cantando el “soy
minero”). Ciudadanos en retirada, con un PP fuerte puede ser (esta vez sí) la
guinda que le falta para coronar el pastel, a menos que se pase de frenada y
termine en UPyD segunda parte.
El
PSOE nunca defrauda. Si tiene margen para hacerlo peor, siempre encuentra el
camino. Primera observación, Podemos no se le ha subido a las barbas, son ellos
mismos los que han arrodillado electoralmente al partido. Un PSOE con diez
millones de votantes no es con lo que se mide Podemos. No deberían buscar fuera
a quienes le achican el aire. Ellos ya venían asfixiados de casa. Segundo, por
lo general no les duele los líderes (salvo Rubalcaba, que no quiso ver que no
era el hombre para ese lugar y momento. Zapatero nunca fue líder, pasaba por
allí), les daña los procedimientos. Esto no va de cambiar de caballo para ganar
la carrera. El PSOE (su imagen y disparates, a todo lo que dijo que no, a todos
los que protegió, todo lo que no hizo, y peor aún lo que dejó atrás) es un
carretón pesado de llevar. Pedro Sánchez es potro joven y pinturero, pero tiene
difícil correr ungido a tamaña carreta. Susana acierta en frenar (de existir)
la querencia al poder que puede hacerle (a Sánchez) entrar al capote de Podemos.
Ahí solo hay toreo, banderillas y de darse la ocasión, descabello del PSOE.
Vamos, hacer de indio en una película de
vaqueros. Lo otro, de ser cierto, es error grave. De túmbate y espera.
En
definitiva, la campaña va ya en tercera marcha y, mientras Rajoy intenta formar
gobierno, solamente se habla del PSOE y sus malquerencias. Para los
valencianos, visto desde aquí, no hay sorpresa. En el PSPV ya se dedicaron durante dos décadas a dinamitarse a ellos
mismos, hasta quedar reducidos a lo que están (no hay errata, digo “lo”). Que
ya no es cuestión de ser, solo de estar un poco más. Ya saben, es el villancico
favorito del PSPV: “Hoy tenemos el gobierno y mañana Navidad, y nosotros nos
iremos y no volveremos más”.
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