Como
tantas veces, para comprender el presente y sus futuros viene en nuestro
auxilio el pasado. Es ahora Garcilaso (que buen tipo en general era) quien nos
da ayuda para comprender la perplejidad electoral que producen los electorados.
“Cuando me
paro a contemplar mi estado
y a ver los
pasos por do me han traído,
hallo,
según por do anduve perdido,
que a mayor
mal pudiera haber llegado;
mas cuando
del camino estó olvidado,
a tanto mal
no sé por do he venido;
sé que me
acabo, y más he yo sentido
ver
acabar conmigo mi cuidado.”
Hemos
pasado de la corrupción que no dejaba respirar al PP al olvido hormiguero.
Hemos pasado de asambleas callejeras pidiendo mayor participación ciudadana a
una orgía de líderes y personalismos. Más extremo aún en el caso de Podemos,
que hace tiempo vendió su alma por ser el cuarto palo de la baraja. La crisis y
la fulminación de los derechos ya desapareció de la agenda. Mandan las sonrisas
y la navidad turronera. ¿Cómo hemos pasado de la cruda realidad (desempleo,
exilio juvenil, pobreza, desahucios, abusos de poder mayoritario y todo lo que
pueda recordar) a tanta sonrisa (¿Cuál es la razón de tanta sonrisa?).
El
terrorismo de pasamontañas ha sido sustituido por un nuevo “montanismo”
político, ahora catalán. Tan burbujeante como el agua de Vichy, que no debe
confundirse con la respetable Francia de Vichy. En el PP jamás los tomaron en
serio ni los tomaran. Tal y como hicieron los alemanes con la Vichy francesa, y
su gobierno de “borrajas” (no confundir con el agua de Vichy, con gas, pero no
de ese). Hasta lo dijo Urkullu, a su manera ¿De qué van cuando creen que así
van hacia parte alguna? Cuanto exceso de
texto y que falta de contexto. No da para más. Si te ocupas de raíces, lo
esencial se te va por las ramas. Tan frondoso árbol ha dado rama al PP para
colgar su cartel electoral, a la izquierda para que se cuelguen y al
nacionalismo para quedarse colgado.
La
transición, sus renuncias y abandonos, cuestionada hasta hace poco por la
inteligencia de cualquier demócrata, se encarna en Suarez, como cristo del
Sagrado Pacto, y a él se encomienda Rivera (que bonito usar el mismo hotel que
Suarez, para celebrar la eucaristía centrista) y hasta Rajoy abraza al mito en
el cuerpo presente de su hijo.
En el PSOE hace tiempo que
abandonaron el hemiciclo y se metieron en el Salón de los Pasos Perdidos. Lo
que pasa es que con el vaivén bipartidista no se enteraron de la mudanza. Una
vez en ese Salón, como en el parchís, “Lasciate
ogne speranza, voi ch'intrate” (Dante Alighieri, Inferno III:9). Ya todo es
dolor y crujir de dientes. Zapatero y sus gobiernos son el claro recordatorio
de que en política “Es tan corto el poder y tan largo el castigo”. Difícil encontrar
gobierno más inane y placebo. Ahora el partido es un ave alicorta y herida,
camino de convertirse en pájaro Dodo (Raphus
cucullatus). Lo peor es que no desfallecerá peleando con las ideas puestas,
defendiendo algo en lo que creer. Los ideales desaparecen, cegados por la
ocasión y los convencionalismos que promueven los “mass media”, pero estos siempre
regresan cuando hablan de la realidad. El error es correr detrás de las
opiniones y las modas de la opinión pública. Luego, ya no estas donde te
esperan cuando te buscan.
La posible desaparición de
IU es una tragedia. Llamamos tragedia cuando son las fuerzas del destino las
que abocan a que tengas que sacarte los ojos o vagar por el mundo como lo que
no eres, y obviamente no quieres ser. Todo por un ¿Voy contigo? No tu no.
Contaban Les Luthiers[1] como
prodigiosamente Sebastián de Belalcázar fundó la ciudad de San Francisco de
Quito el 6 de diciembre de 1534. Y lo
hizo con tanta puntería y acierto, que la fundó en el centro de Quito. Iglesias,
ha fundado Podemos en el corazón arrabalero de IU. Después los suburbios de
Podemos llegarían, según su Plan de Ordenación Ideológica, hasta el centro y
más allá. Pero a IU ya le ha dejado con el corazón en bandolera y sin Tania de
Troya.
[1] Diego
de Almagro también fundó la ciudad de Santiago de Quito, el 28 de Agosto de
1534. Para que discutir, unos cardan la
lana y otros se llevan la fama.
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